India, tecnología y brecha digital
Los teléfonos móviles han permitido a los agricultores un mejor acceso a precios, información del clima, además de nuevos conocimientos sobre suelos, semillas y fertilizantes. Y han facilitado el desarrollo de formas de economía colaborativa...
Uno de los grandes cambios generados por la pandemia del nuevo coronavirus ha sido el mayor crecimiento de la economía digital. Todas las medidas destinadas a proteger a la población, preservar su salud y calidad de vida -cuarentenas, distanciamiento físico, entre otras-, aceleraron la adopción de las tecnologías de la 4ta. Revolución Industrial. En este orden, se han constituido en el medio más eficaz para mantener el trabajo desde casa, el aprendizaje en línea, la telemedicina, entre otras formas de prestación de servicios.
Al mismo tiempo, su uso masivo ha incrementado la preocupación del mundo acerca del riesgo de un aumento de la desigualdad dentro de los países: la brecha digital. Esto debido a que la infraestructura digital en los países en desarrollo es limitada y el acceso de la población varia en función de sus ingresos. De allí que las zonas urbanas y de mayores ingresos cuentan con altas posibilidades de acceder y utilizar dicha infraestructura, mientras que los hogares pobres urbanos, así como los asentados en zonas rurales o aisladas, no tienen los ingresos suficientes para acceder a los equipos de última tecnología y utilizar los servicios devenidos de una conexión a la Internet. Estos grupos de la sociedad corren el riesgo de ser desplazados de un mercado laboral cada vez más dependiente de las actividades en línea. Todo lo cual abre las puertas a mayor desempleo, y a la desigualdad de salario e ingreso entre los trabajadores que pueden o no utilizar la infraestructura digital.
Ante este escenario, India demuestra que el problema no es la tecnología. Esta llegó para mejorar la calidad de vida de las poblaciones del mundo, y los cambios generados en la dinámica productiva y de interacción social ameritan comprenden las nuevas oportunidades que surgen para todos los miembros de la sociedad.
En este sentido, dicho país del sur de Asia tiene claro que el boom de la economía digital puede empeorar la desigualdad, pero también aumentará la inclusión en otras áreas como la educación, la salud, los mercados financieros; una compensación parcial. A partir de esto, en India se promueve la implementación de políticas que incrementen la liberalización del comercio, la movilidad de la mano de obra y los movimientos de fondos, transformen los sistemas de educación y fortalezcan los mercados financieros locales.
Con esto, han utilizado los teléfonos móviles como medio para que los hogares pobres accedan a nuevas fuentes de información. Por ejemplo, en el sur de India la adopción de teléfonos inteligentes por parte de pescadores y mayoristas redujo la dispersión de precios y la pérdida de productos, aumentando el bienestar de los consumidores y productores. De igual forma, se están utilizando como soporte de nuevas formas de educación, como cursos en línea y aulas virtuales, así como para nuevos servicios de salud, como la telemedicina vinculada al diagnóstico.
Los teléfonos móviles han permitido a los agricultores un mejor acceso a precios, información del clima, además de nuevos conocimientos sobre suelos, semillas y fertilizantes. Y han facilitado el desarrollo de formas de economía colaborativa, mediante las cuales la actividad agrícola puede desarrollarse sin necesidad de grandes inversiones en la compra de maquinarias y equipos, solo con alquilarlos por horas mediante aplicaciones móviles para la gestión de servicios como Trringo. También conocida como la “Uber de los tractores”, Trringo es una aplicación que permite contactar a la persona que tiene lo que el agricultor necesita y contratarla por un precio acordado mutuamente. Nuevas tecnologías para mayor inclusión.
@ajhurtadob
Al mismo tiempo, su uso masivo ha incrementado la preocupación del mundo acerca del riesgo de un aumento de la desigualdad dentro de los países: la brecha digital. Esto debido a que la infraestructura digital en los países en desarrollo es limitada y el acceso de la población varia en función de sus ingresos. De allí que las zonas urbanas y de mayores ingresos cuentan con altas posibilidades de acceder y utilizar dicha infraestructura, mientras que los hogares pobres urbanos, así como los asentados en zonas rurales o aisladas, no tienen los ingresos suficientes para acceder a los equipos de última tecnología y utilizar los servicios devenidos de una conexión a la Internet. Estos grupos de la sociedad corren el riesgo de ser desplazados de un mercado laboral cada vez más dependiente de las actividades en línea. Todo lo cual abre las puertas a mayor desempleo, y a la desigualdad de salario e ingreso entre los trabajadores que pueden o no utilizar la infraestructura digital.
Ante este escenario, India demuestra que el problema no es la tecnología. Esta llegó para mejorar la calidad de vida de las poblaciones del mundo, y los cambios generados en la dinámica productiva y de interacción social ameritan comprenden las nuevas oportunidades que surgen para todos los miembros de la sociedad.
En este sentido, dicho país del sur de Asia tiene claro que el boom de la economía digital puede empeorar la desigualdad, pero también aumentará la inclusión en otras áreas como la educación, la salud, los mercados financieros; una compensación parcial. A partir de esto, en India se promueve la implementación de políticas que incrementen la liberalización del comercio, la movilidad de la mano de obra y los movimientos de fondos, transformen los sistemas de educación y fortalezcan los mercados financieros locales.
Con esto, han utilizado los teléfonos móviles como medio para que los hogares pobres accedan a nuevas fuentes de información. Por ejemplo, en el sur de India la adopción de teléfonos inteligentes por parte de pescadores y mayoristas redujo la dispersión de precios y la pérdida de productos, aumentando el bienestar de los consumidores y productores. De igual forma, se están utilizando como soporte de nuevas formas de educación, como cursos en línea y aulas virtuales, así como para nuevos servicios de salud, como la telemedicina vinculada al diagnóstico.
Los teléfonos móviles han permitido a los agricultores un mejor acceso a precios, información del clima, además de nuevos conocimientos sobre suelos, semillas y fertilizantes. Y han facilitado el desarrollo de formas de economía colaborativa, mediante las cuales la actividad agrícola puede desarrollarse sin necesidad de grandes inversiones en la compra de maquinarias y equipos, solo con alquilarlos por horas mediante aplicaciones móviles para la gestión de servicios como Trringo. También conocida como la “Uber de los tractores”, Trringo es una aplicación que permite contactar a la persona que tiene lo que el agricultor necesita y contratarla por un precio acordado mutuamente. Nuevas tecnologías para mayor inclusión.
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