Esfuerzo es movimiento
En fin, la palabra “esfuerzo” está relacionada con la idea de fuerza, una persona esforzada está llena de energía y usa su fuerza con propósitos creativos que van más allá de lo que todos hacen
El aprendizaje permanente es una necesidad, permite mejorar nuestras competencias a lo largo de la vida para realizarnos en lo personal. Pocas dimensiones movilizan recursos y energía como esos pequeños avances y triunfos personales que hacemos a diario para conseguir un objetivo. Si hay algo verdaderamente importante es aprender a valorar el propio esfuerzo sin esperar a que otros lo hagan, sin tener en cuenta reproches o críticas que lejos de ayudar, desaniman. Esfuerzo es movimiento, emoción y pensamiento.
Si hay algo que todos sabemos es que vivir implica estar siempre en movimiento, generando cambios, promoviendo logros, dando forma a una realidad que se ajuste a nuestros sueños o necesidades. Hoy podemos tener como objetivo preparar esa fiesta de cumpleaños para nuestro hijo, mañana entregar un proyecto en el trabajo y dentro de unos meses, quizás, nuestro mayor reto sea presentar el proyecto de nuestra vida. A lo largo de nuestro ciclo vital vamos trazando pequeñas y grandes metas que nos “obligan” a dar lo mejor de nosotros mismos. Y esto, como bien sabemos, no es precisamente fácil. Implica tiempo, dejar a un lado ciertas cosas, requiere sufrimiento en gran parte de los casos y, en ocasiones, hasta estar obligados a establecer ciertos filtros y límites al propio entorno.
Aprender a valorar tu propio esfuerzo es el primer escalón del crecimiento personal. Es transitar por el sendero de la incertidumbre, soportando la pendiente que se dibuja no muy lejos de nuestros pies. Entender esto es más que necesario por una razón muy simple. El camino para conquistar un objetivo puede ser infinitamente solitario, y es común recibir críticas, es habitual percibir la desconfianza de alguien cercano. De este modo, para no dudar de sí mismo, vale la pena comprender un aspecto relativo a nuestra neurobiología. El cerebro humano está diseñado para “crecer” con esfuerzo, en ocasiones, la propia sociedad no recompensa a quien más se esfuerza, sino a quien ella misma elige, a quien señala un dedo privilegiado o a quien es “bendecido” por la suerte. A veces, fallamos, no llegamos o no conseguimos el éxito que creíamos en un principio. Hay muchos factores que determinan una calificación, valorar el propio esfuerzo es sembrar los cimientos de la autoestima y el amor propio es aprender a no depender de la opinión ajena para trabajar en nuestros proyectos.
Asimismo, todo esfuerzo, sin importar el resultado obtenido es crecimiento, es aprendizaje y es valor añadido. Todo ello son competencias excepcionales que nadie nos puede negar ni quitar. Al fin y al cabo, no importa si ese objetivo ansiado lo alcanzamos hoy o mañana. A veces, en ese viaje junto al esfuerzo y la motivación, hallamos otros senderos, otros propósitos que son más significativos en un momento dado. En este sentido, lo esencial es amanecer siempre con un sueño y no descuidar nunca ese amor propio. Para valorar el esfuerzo ajeno y respetar la real dimensión del trabajo de los demás, todos debemos aprender a "cargar la pesada tarea del esfuerzo". Muchos tienen riquezas, empresas y comodidades porque durante años se sacrificaron para llegar a donde están. La experiencia adquirida con el paso de los años nos ha enseñado que sólo se valora aquello que se ha adquirido, como resultado de nuestro arduo trabajo, que solo cuidamos aquello que nos ha costado sudor, sacrificio y hasta lágrimas.
En fin, la palabra “esfuerzo” está relacionada con la idea de fuerza, una persona esforzada está llena de energía y usa su fuerza con propósitos creativos que van más allá de lo que todos hacen. Lleva a cabo su misión de una manera natural y espontánea, sin necesidad de que alguien la presione y sin esperar algún tipo de reconocimiento. No hay nada más importante que la lucha por alcanzar tu ideal, por intentar llegar a la meta, pero nada será mejor que la enseñanza que deja lo que verdaderamente te satisface. El resultado es un logro, un éxtasis de satisfacción, una manera de sentirse saciado por el cumplimiento de una meta; pero la grandeza y el aprendizaje está en los sabores o sinsabores que experimentamos en la lucha por el ideal; cuando hayamos hecho todo lo posible o imposible por lograr una meta allí sabremos lo que es la victoria, un triunfo positivo o negativo, pero tengamos en cuenta que algo nuevo será parte de nosotros.
@el54r
Si hay algo que todos sabemos es que vivir implica estar siempre en movimiento, generando cambios, promoviendo logros, dando forma a una realidad que se ajuste a nuestros sueños o necesidades. Hoy podemos tener como objetivo preparar esa fiesta de cumpleaños para nuestro hijo, mañana entregar un proyecto en el trabajo y dentro de unos meses, quizás, nuestro mayor reto sea presentar el proyecto de nuestra vida. A lo largo de nuestro ciclo vital vamos trazando pequeñas y grandes metas que nos “obligan” a dar lo mejor de nosotros mismos. Y esto, como bien sabemos, no es precisamente fácil. Implica tiempo, dejar a un lado ciertas cosas, requiere sufrimiento en gran parte de los casos y, en ocasiones, hasta estar obligados a establecer ciertos filtros y límites al propio entorno.
Aprender a valorar tu propio esfuerzo es el primer escalón del crecimiento personal. Es transitar por el sendero de la incertidumbre, soportando la pendiente que se dibuja no muy lejos de nuestros pies. Entender esto es más que necesario por una razón muy simple. El camino para conquistar un objetivo puede ser infinitamente solitario, y es común recibir críticas, es habitual percibir la desconfianza de alguien cercano. De este modo, para no dudar de sí mismo, vale la pena comprender un aspecto relativo a nuestra neurobiología. El cerebro humano está diseñado para “crecer” con esfuerzo, en ocasiones, la propia sociedad no recompensa a quien más se esfuerza, sino a quien ella misma elige, a quien señala un dedo privilegiado o a quien es “bendecido” por la suerte. A veces, fallamos, no llegamos o no conseguimos el éxito que creíamos en un principio. Hay muchos factores que determinan una calificación, valorar el propio esfuerzo es sembrar los cimientos de la autoestima y el amor propio es aprender a no depender de la opinión ajena para trabajar en nuestros proyectos.
Asimismo, todo esfuerzo, sin importar el resultado obtenido es crecimiento, es aprendizaje y es valor añadido. Todo ello son competencias excepcionales que nadie nos puede negar ni quitar. Al fin y al cabo, no importa si ese objetivo ansiado lo alcanzamos hoy o mañana. A veces, en ese viaje junto al esfuerzo y la motivación, hallamos otros senderos, otros propósitos que son más significativos en un momento dado. En este sentido, lo esencial es amanecer siempre con un sueño y no descuidar nunca ese amor propio. Para valorar el esfuerzo ajeno y respetar la real dimensión del trabajo de los demás, todos debemos aprender a "cargar la pesada tarea del esfuerzo". Muchos tienen riquezas, empresas y comodidades porque durante años se sacrificaron para llegar a donde están. La experiencia adquirida con el paso de los años nos ha enseñado que sólo se valora aquello que se ha adquirido, como resultado de nuestro arduo trabajo, que solo cuidamos aquello que nos ha costado sudor, sacrificio y hasta lágrimas.
En fin, la palabra “esfuerzo” está relacionada con la idea de fuerza, una persona esforzada está llena de energía y usa su fuerza con propósitos creativos que van más allá de lo que todos hacen. Lleva a cabo su misión de una manera natural y espontánea, sin necesidad de que alguien la presione y sin esperar algún tipo de reconocimiento. No hay nada más importante que la lucha por alcanzar tu ideal, por intentar llegar a la meta, pero nada será mejor que la enseñanza que deja lo que verdaderamente te satisface. El resultado es un logro, un éxtasis de satisfacción, una manera de sentirse saciado por el cumplimiento de una meta; pero la grandeza y el aprendizaje está en los sabores o sinsabores que experimentamos en la lucha por el ideal; cuando hayamos hecho todo lo posible o imposible por lograr una meta allí sabremos lo que es la victoria, un triunfo positivo o negativo, pero tengamos en cuenta que algo nuevo será parte de nosotros.
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