No solo hay quienes están permanentemente generando malestar en otros, sino quienes están acostumbrados a vivir en ese malestar… Quienes no aprendieron a hacerlo distinto. Y entonces garantizan, ¨a como de lugar¨, mantenerse allí.

No lo digo desde el juicio, sino desde el ¨mea culpa¨ (expresión latina que cambiaría por ¨mea responsabilidad¨). También pasé por allí… Y un buen día me descubrí repitiendo esquemas, rutinas, ¨juegos¨, que me mantenían en el guión del sufrir que había aprendido tempranamente, y en el que, a decir verdad, me sentía ¨como pez en el agua¨.

Pero también los hay comprometidos con multiplicar el bienestar, y mínimo, dejar una mejor energía por donde sea que se pase… Recientemente tuve la oportunidad de participar del bautizo, y leer el libro titulado ¨Amarillo: un rayo de bienestar¨, obra del talentoso joven venezolano, Alfredo Gutiérrez, conocido en redes como @soyalfrejo, en el que plantea un recorrido hacia el bienestar que me resultó fascinante.

Gutiérrez plantea que el camino permanente hacia el bienestar no termina en ese ¨uno mismo¨ donde están todas las respuestas, sino en los demás, en los otros, en el entorno. Que no termina en lo que se recibe o se genera para estar bien, sino en lo que se entrega o se crea para ¨dar bien¨. Plantea el ¨biendar¨, como el destino inexorable de quien está realmente comprometido con su propio bienestar.

¡No puedo estar más de acuerdo! Por años y años se nos ha vendido la responsabilidad social (solo por citar un ejemplo de la narrativa posmoderna), como un concepto asumido por los ¨buenos de corazón¨ que, compasivos con el otro, se disponen a dar como un acto beneficencia.

Y realmente no lo es. Dar es recibir. Y no lo digo solo desde un romanticismo conceptual. Lo planteo desde la más aterrizada de las perspectivas. Dar al entorno significa que ese contexto que te rodea y forma parte de tu sistema estarás mejor. Es decir, inevitablemente tú estarás mejor. De manera que incluso desde una perspectiva individualista, ese ¨biendar¨ es un camino seguro para mejorar tu propio ¨bienestar¨.

Los que aún no lo ven así, no han descubierto su misión. Cuando lo hagan, sabrán de lo que habla Alfredo, y en ese instante, comenzarán a brillar de ganas.

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