Caracas.- Después de tocar fondo, la economía mundial (se habla de una retracción de hasta un 40% en los próximos dos trimestres), rebotará con facilidad unos pocos puntos de actividad, tal vez hasta 15 puntos, pero desde allí en adelante cada punto extra de recuperación costará más, y las secuelas globales se sentirán durante todo el año 2021 y hasta un poco más lejos.
Las más afectadas serán las economías grandes, porque debido a la fuerte interdependencia, tendrán que esperar a que las cadenas de valor se restituyan. Por ejemplo, de nada sirve que la economía china pueda restablecerse antes, si sus clientes aun no pueden comprarle y si sus proveedores críticos aun no pueden abastecerlos.
Por otra parte, una economía como la americana podría decidir “traer” empleos a su territorio, para reactivar su aparato productivo con un criterio más endógeno y orgánico. Tal vez una de las transformaciones económicas más importantes que nos vaya a dejar el virus, sea la de revalorar el riesgo estratégico de diversificar versus concentrar. Pero la última palabra, la tendrán las multinacionales, que son las que en definitiva le darán forma a esta nueva economía que tenemos por delante.
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Lo que no fue noticia (y debería serlo)
- Que no se puede tener la arrogancia de criticar el manejo del virus en otros países, porque esto recién está comenzando y la parte menos política y más “médica” es la que viene.
- Ni que ya se puede anticipar que el post coronavirus en Venezuela será no petrolero.
- O que, ya pareciera que es tarde para una tregua política por el virus. Ninguno le da garantías a la otra parte.
- Tampoco que hoy más que nunca la salud privada, en toda su extensión, debe ser cuidadosa en el cumplimiento y en el manejo comunicacional. Hay mucha sensibilidad y necesidad de “golpes de efecto”.
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