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OIT: COVID – 19 puede cobrar hasta 24,7 millones de empleos en el mundo

Advierten un incremento de entre 8,8 a 35 millones de personas en situación de pobreza

  • JOSHUA DE FREITAS

19/03/2020 01:50 pm

Caracas.- Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), titulado “COVID – 19 y el mundo del trabajo: consecuencias y respuestas”, se prevé que la pandemia del SRARS – CoV – 2 puede “llevar a millones de personas al desempleo a corto plazo si no se realizan “medidas decisivas, coordinadas e inmediatas” por parte de los entes gubernamentales. 

Para el organismo multilateral, las recientes medidas económicas frente al patógeno a nivel mundial pueden ocasionar diferentes escenarios a nivel de empleo dependiendo del crecimiento del Producto Interno Bruto de cada región: en una escenario “bajo”, la tasa de desempleo cercano a 5,3 millones de personas; en una estimación “mediana”, se sugiere un incremento de 13 millones de desempleados por la pandemia; y en una hipótesis “alta”, prevén un aumento de 24,7 millones de personas sin trabajo en base a los 188 millones que ya se había registrado en 2019.

“Aunque estas estimaciones siguen siendo muy inciertas, todas las cifras indican una considerable aumento del desempleo global. A modo de comparación, la crisis financiera mundial de 2008 – 2009 aumentó el desempleo en 22 millones”, se lee en el documento.

También se consideró un gran incremento en la tasa del subempleo, ya que, “como se ha registrado en crisis anteriores, el choque a la demanda laboral probablemente se traducirá en ajustes significativos a la baja a salarios y horas de trabajo”. La OIT prevé que, a diferencia de situaciones similares en donde el trabajo informal sube para amortiguar los ingresos personales, es posible que las restricciones al movimiento de la población y de las mercancías anulen el efecto “amortiguador” que suele tener el empleo por cuenta propia.

En lo que respecta al impacto económico que puede tener la pandemia, el ente internacional consideró un máximo de pérdida entre “los 860.000 millones y los 3,4 billones de dólares” para los trabajadores. “Esto se traducirá en caídas en el consumo de bienes y servicios, lo que a su vez afectará a las perspectivas de las empresas y las economías”, explica el informe.

Además, la OIT calcula que entre 8,8 y 35 millones de personas más estarán en situación de pobreza laboral en todo el mundo, frente a la estimación original preveía una disminución de 14 millones en todo el mundo para 2020. “En los escenarios medio y alto, habrá entre 20,1 millones y 35 millones de personas más en pobreza laboral que antes de la estimación previa a COVID-19 para 2020”, asevera la organización.

“Ya no se trata sólo de una crisis sanitaria mundial, sino también de una importante crisis económica y del mercado laboral que está teniendo un enorme impacto en las personas”, dijo el Director General de la OIT, Guy Ryder. “En 2008, gracias a que el mundo hizo un frente común ante las consecuencias de la crisis financiera mundial se evitó lo peor. La actual coyuntura requiere de ese tipo de liderazgo y determinación”.

Según el informe, una de las medidas que pueden tomar los entes gubernamentales es la creación de políticas que “deberían centrarse en dos objetivos inmediatos: medidas de protección de la salud y el apoyo económico tanto en el lado de la demanda como en el de la oferta”. También abogan por “crear confianza a través de la confianza y el diálogo, que es crucial para tomar medidas políticas eficaz”, en donde los temas a tratar sean la protección de los empleados en su lugar de trabajo, la estimulación de las actividades económicas y el soporte de los trabajadores (flexibilización del pago fiscal y la protección social de los productores y consumidores).

“En tiempos de crisis como el que nos toca vivir, contamos con dos herramientas clave que pueden ayudar a mitigar los daños y a restablecer la confianza del público. En primer lugar, el diálogo social activo entre los trabajadores y los empleadores y sus representantes, es vital para fomentar la confianza del público y el apoyo a las medidas necesarias para superar esta crisis. En segundo lugar, las normas internacionales del trabajo proporcionan una base de probada eficacia para las respuestas de política que se centran en una recuperación sostenible y equitativa. Es necesario que en este difícil momento se haga todo lo posible para reducir al mínimo los perjuicios para las personas”, concluyó Ryder sobre el contenido del informe.

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