Caracas.- Según Guaidó en Madrid, la pregunta que los venezolanos deberán responderle a sus hijos y nietos en el futuro será: “qué estabas haciendo tu cuando nuestro país estaba pasando por los momentos más difíciles”. Y por mas cliché o trivial que parezca, si analizamos las posibles respuestas, ya sea de un opositor o de un chavista, ya sea que se haya ido o permanezca en el país, seguramente encontraremos que una gran cantidad de gente no hizo nada, que una cantidad importante, pero menor, solo salió a marchar, y que muy pocos tomaron posiciones comprometidas, cada quien desde su propia trinchera, de funcionario público, político, militar, policía o estudiante, periodista, analista o consultor, maestro o médico, gerente o empresario, banquero o industrial. La mejor contribución que cada quien puede hacerle al país, es dar lo mejor desde el lugar en el que le toca estar hoy, y en el que suma más utilidad para el cambio y para la sociedad, que para sí mismo. Al ser una lucha de todos, y aunque cada uno tiene el rol individual que le ha tocado, eso cambia cuando nos vemos como grupo social con derecho a salir a protestar masivamente, y no regresar hasta haber logrado los cambios que nos hagan vivir mejor. Mezclar los roles puede resultar en un daño irreparable, tanto para el individuo, como para la sociedad. Más que nada porque, por lo que vemos todos los días, sigue sin estar claro si el cambio será pacífico o si será violento. La respuesta entonces podría ser:”hijo, di lo mejor de mí como ciudadano, salí, protesté y me comprometí, pero también fui a trabajar todos los días”.