Caracas.- “El salario mínimo ya no es referencia en Venezuela”, dijo el economista Jesús Casique.
"El ajuste de Bs 250 mil equivale a $3,3, aunado a la constante inflación, lleva a las empresas a no considerar el incremento como una remuneración mínima para empleados y jubilados que son los que salen verdaderamente perjudicados", señaló.
En su opinión el sector público y privado recurren a una serie de incentivos fuera del salario para satisfacer el poco valor adquisitivo que se obtiene. En el sector público se recurre al sistema de bonos patrocinados por el gobierno central y la entrega de las cajas del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP), mientras que el sector privado recurre a incentivos relacionados a ayudas económicas, como asumir el costo de la reparación de un carro o el pago del colegio para los hijos del trabajador.
“Los que realmente están afectados por el reciente aumento salarial son los jubilados y las personas de la tercera edad”, sentenció el también profesor universitario.
Consideró que esto se debe a que la población no obtiene los incentivos que las empresas están implementando. “Aunque el salario mínimo en bolívares aumentó un 66,6% con respecto al ajuste anterior, no se generará una recuperación del poder adquisitivo del venezolano, ya que se ganarían 3,3 dólares mensuales, u once centavos de dólar diariamente, un monto inferior al límite de pobreza extrema estimada por el Banco Mundial de 1,90 dólares diarios.
Caída del PIB
Recordó Casique que “desde que Nicolás Maduro es presidente de la República se han establecido 29 incrementos salariales. Sin embargo, comentó que Venezuela está cumpliendo 84 meses con una caída del Producto Interno Bruto, 26 meses en hiperinflación y depresión económica y 24 meses de prórrogas del Decreto de Emergencia Económica propuesto por el Tribunal Supremo de Justicia. Ya se ha demostrado que con decretar una emergencia económica no se logra nada, se deben tomar medidas macroeconómicas holísticas, como la reducción del plazo para establecer nuevas empresas, y no soluciones aisladas”, dijo.
Aunque el economista admite que el gobierno ha controlado algunos actos que aportan al proceso inflacionario como la monetización del déficit fiscal, no ha frenado la degradación del bolívar, lo que ocasiona otros fenómenos como la consolidación de la dolarización de facto y la fricción con el sistema de cambio referencial. En donde, paradójicamente, las transacciones con divisas son uno de los recursos donde las empresas obtienen su capital para pagar a trabajadores.
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