Caracas.- Consultado el día del evento con expertos de nuestra Firma NTN en Buenos Aires, nos dicen que pareciera (el informe lo confirmará o no) que por las lluvias fuertes, hubo una sobre carga de energía y saltaron las protecciones de la línea de 500 kV que va entre las hidroeléctricas de Yacyretá (3.700 MW) y Salto Grande, sacando de servicio a la primera y apagando la segunda (que es la que también, alimenta a Uruguay). El desequilibrio que produjo este evento en el Sistema Interconectado Nacional generó una reacción en cadena que también sacó de servicio a las térmicas costanera norte y sur que sirven a Buenos Aires, apagó el Chocón, en el sur de Argentina, y afectó al resto del país, por el anillado del sistema de transmisión a nivel nacional. Todo esto ocurrió en fracciones de segundo, y comenzaron inmediatamente, como dice el protocolo de recuperación que maneja la operadora del sistema (Cammesa), a su restauración la cual logró, progresivamente llegar al 90%, en menos de 12 horas. Dicho así, en 172 caracteres, parece sencillo, pero en la práctica, algún encapsulamiento o alerta preventivo, no funcionó y habrá consecuencias que deberán pagar las diferentes operadoras, según los contratos que cada una haya suscrito. El impacto económico de un día del padre sin luz debe haber afectado a restaurantes y prestadores de servicios en un día festivo, que son los que reclamarán el lucro cesante. Cuando un sistema estable se sale del equilibrio, todas las fuerzas automáticamente, llevan a su recuperación. Ahora, cuando le pasa a uno inestable, esas mismas fuerzas hacen difícil y a veces imposible, recuperarlo totalmente.