Análisis de entorno
¡Hay que corregir!
Caracas.- Sigue habiendo dos dimensiones que ni se comunican, ni se reconocen entre ellas. Hablan, la una de la otra, en términos irreales; los unos, como si la oposición estuviera derrotada, mientras que los otros, suponen que Maduro está contra las cuerdas, y que con la falta de gasolina, la electricidad y la presión internacional, ya está “ido”.
Y los dos se equivocan:
-El chavismo, porque descalifica a la dirigencia opositora y no les interesa el sentimiento real de rechazo mayor que van produciendo en la gente. No entienden que su situación de estar en el gobierno y de tener que estar explicando que las cosas no les salen bien porque los americanos los sancionan, no hace más que agrandar la brecha entre su propia dirigencia y las bases, las cuales están (y estarán más) desprotegidas, dándoles una vulnerabilidad creciente, que solo pueden resignificar, en forma cada vez más difícil y menos creíble. Siguen en su estrategia de “Plaza Altamira”, y de llamar a elecciones (esta vez, parlamentarias) para vencer a la oposición. Tampoco quieren ver que el descontento puede hacer que se supere el miedo, y que haya una explosión social.
-Por su parte, la dirigencia opositora sigue pensando que Maduro dejará el poder en los próximos meses, 3 parece ser el número mágico (mientras el chavismo hace planes para el 2021), y que debido al deterioro de la situación, o bien renunciará, o bien un golpe militar los llevará el poder, sin considerar que como la FANB es chavista (así algunos de sus miembros no lo sea), si pasara algo así, retendrían el poder para sí mismos, porque nunca se subordinarían a un presidente opositor. La equivocación más fuerte de la oposición fue compartir esa percepción con los americanos, los cuales a su vez, arrastraron a más de 50 países, que al final llegaron a su propia conclusión, de que hay que corregir. Y en eso están.
Las bases de la oposición, son muy grandes y cada vez más sólidas detrás de la idea de la salida de Maduro, y apoyando casi con exclusividad a Juan Guaidó como persona, dejando de lado a otros dirigentes (los 40 candidatos de Pompeo) que tienen un cierto resentimiento a que el liderazgo lo tenga un emergente del partido más pequeño de la oposición.
Social
Acnur revela que más de 4 millones de venezolanos emigraron desde 2016, con un impacto muy fuerte para Venezuela, y para los países receptores. Para Venezuela significa la exportación del bono demográfico, que suele ser la garantía de un futuro de prosperidad para un país. Hemos perdido el 13% de nuestra población, concentrado en los económicamente activos, dejándonos una minoría de jóvenes, y una mayoría de personas mayores. Ese contingente de jóvenes engendrará las nuevas generaciones de los países receptores, por lo que nuestra capacidad de crecimiento, se verá limitada. Cuando las cosas cambien, nos veremos forzados a importar conocimiento e información, que nos haga avanzar casillas en el juego del desarrollo, en el cual ya hemos retrocedido varias. Lo que si será difícil de importar, es el amor a la patria, pues eso solo se logra con tiempo, y tal vez lo herede la siguiente generación de nacidos en Venezuela, hijos de los inmigrantes que, según las áreas de necesidad, tengamos que importar. ¡Qué mal negocio! Las guerras epistemológicas que les mencionaba en informes anteriores, se pelean en el campo de las redes y los medios, usando todas las herramientas y opciones a su alcance. La verdad de la mentira convertida en mentira, cuando se trata de una fake news, es capaz de confundir hasta al mismo iniciador de la jugada. En eso están todos los actores involucrados, los de adentro, y los de afuera.
Política
Estamos en un momento de reacomodos que es crítico para el devenir político del país, por la necesidad que tiene la oposición, de hacer una relectura de la situación interna, y de la verdadera correlación de fuerzas. El haberse amarrado al mantra y haber hecho que la grande y sólida base opositora lo compre, le quita capacidad de maniobra. No hay más que ver la reacción adversa ante la presencia en Oslo, a lo cual Guaidó, apelando a su nuevo y sólido carisma, tuvo que responder con el mantra, el cual en sí mismo es la antítesis de lo que podría ser una posición inicial en cualquier proceso de mediación o negociación. Un mantra, no es sino un fenómeno comunicacional, que si mantiene el fondo y el espíritu, puede perfectamente ser modificado.
El chavismo, difícilmente cambie su estrategia política, por lo que hay una oportunidad para la oposición de hacer ajustes en la propia; y mientras todo esto ocurre, las proyecciones para un pronto cambio, se alejan en el tiempo…ya no a mediados de 2020, sino un poco más tarde y no de la manera que la gente espera que ocurra. Vamos a llegar a una negociación pero solo cuando las dos partes entiendan que necesitan del otro para seguir. Ni un minuto antes, ni uno después.
Económico
La transición económica ya arrancó y no esperará por la política. Sin la transición política, solo lograremos cambios en la economía transaccional, y tal vez algunas mejoras poco profundas en los términos de la propiedad pública y su desinversión para que la asuma el sector privado. Así como la formación, por el mercado, del precio del dólar puede ser transmitida al resto de la economía, si se deja evolucionar este fenómeno con baja intervención del Estado, pudiera llevarnos a restablecer un sistema de precios de referencia, y hacerlo extensivo a lo que pudiéramos llamar la “última milla” de la economía, pasando al sector privado, rápidamente y sin mucha burocracia, las estaciones de servicio y algunas distribuidoras eléctricas, permitiendo que esos precios también se formen en el mercado. Así como se frenó la exportación ilegal de alimentos, también podría frenarse la de gasolina. Estamos en un momento crucial, ojalá tengamos claridad en las consecuencias de no aprovecharlo.
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