Caracas.- En Venezuela las empresas deben transformarse por las circunstancias: durante la recesión, para cuando pase. Si bien, entre los disparadores, hay elementos en común para muchas de ellas; hay algunos que son muy propios de cada organización, porque son los que le darán el sentido de dirección del proyecto, permiten establecer prioridades, jerarquías y mantendrán la diferenciación competitiva que caracteriza a cada empresa. Elementos clave a tener en cuenta: modelo de negocio, cultura, reglas de juego, tecnología y la gente. Hay que refrescar la visión y los elementos estratégicos orientadores. Digo esto, pues la tendencia natural es ir ajustando sobre la marcha, guiados mas por la intuición y el aprendizaje acumulado, lo cual no necesariamente está mal (y menos cuando se actúa reactivamente por sorpresa) pero no permite tener el cuadro completo; porque habrá detalles en ciertas relaciones causa-efecto, que escapen a la atención, a menos que se sometan a una modelación formal que los obligue. Para poder decidir si tal o cual tema es o no relevante, habrá que identificarlo primero y recién entonces confirmar su relevancia. A partir de allí, deben articular los elementos necesarios para lograr alcanzar esa nueva visión refrescada. En una etapa expansiva la transformación se financia con flujo de caja del negocio y una recesiva, como la nuestra, casi siempre son los accionistas los que deben financiar; además de las fuentes internas, tales como liquidación de activos improductivos o que no aportan a la visión refrescada; así como la adecuación de gastos y costos de operación. Al refrescamiento hay que hacerlo como una palanca para torcer rumbo y evitar que el entorno se lo tuerza a uno.