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Puente plantea la libre convertibilidad para combatir hiperinflación en el país

  • Diario El Universal

17/03/2018 03:38 pm

Ingrid Navarro. Caracas.- Con el objetivo de hacer frente a lo que describe como un “colapso macroeconómico” marcado por un ciclo recesivo a lo largo de los últimos cuatro años, hiperinflación y sistemático desabastecimiento, el economista José Manuel Puente propone la implementación de un Programa de Reformas Integrales que incluiría la búsqueda de recursos financieros para fortalecer el sector externo de la economía y financiar un “programa social de emergencia”. Advierte que ello pasa por el logro de un mínimo consenso político y social.

La referida estrategia asegura tendría que focalizarse en una reducción de la inflación mensual, la construcción de las bases para la recuperación del crecimiento económico en el mediano plazo, una reforma fiscal integral, la eliminación de los controles de precios, el desmontaje del control de cambio y la transición hacia un sistema cambiario con una paridad única y competitiva así como también la creación de un “verdadero Fondo de Estabilización Macroeconómica, la reconstrucción de la industria petrolera, la reestructuración o reperfilamiento de la deuda y una agresiva política de recuperación del salario acompañada de un incremento del gasto social focalizado “para atender entre el 50 y 60% de la población más humilde para asegurar que tenga acceso a alimentos y medicinas fundamentales”.

Asegura que hay opciones que pueden instrumentarse para romper con el ciclo de decrecimiento económico tomando acciones en el ámbito monetario y fiscal, pero “el mejor programa económico del mundo sin viabilidad política y social no es posible”. Una vez que se logre un acuerdo plantea acudir a los multilaterales y a la comunidad internacional porque el nivel de reservas internacionales está en $9.457 millones. Este elemento, acota impide la instrumentación de una política cambiaria coherente que logre asignar divisas al aparato productivo fundamentalmente para adquirir insumos para la producción nacional.

Parte de los recursos que se logren obtener por esa vía explica deben destinarse a financiar los programas sociales. En cuanto al monto requerido precisó que ello dependerá de las acciones que se vayan a emprender y de lo que los entes multilaterales y la comunidad internacional esté dispuesta a prestar de acuerdo con la estabilidad política y social y de la calidad del programa de reformas presentadas “pero la cifra es considerable”, dijo.

En lo que se refiere a la inflación apunta que el país debe focalizarse en una reducción del indicador mes a mes para pasar en uno o dos años a un dígito. Sostiene que en este aspecto hay discrepancias entre los economistas porque algunos plantean un programa de estabilización donde se lograría el objetivo en unos tres años pero otros proponen la dolarización que entre sus virtudes tiene que “corta en seco el proceso. Sin embargo, en mi opinión ocasiona una cantidad de problemas y dilemas en el mediano plazo en términos de sostenibilidad del crecimiento”.

En lo que se refiere a la recuperación del crecimiento económico acota que solo si se incrementa la producción de bienes y servicios eso permeará a la sociedad de lo contrario el resultante será escasez, pobreza y depauperación.

En el área fiscal asegura que el déficit presupuestario ha sido financiado por el BCV, entre otras vías, con dinero inorgánico impactando los agregados monetarios y los niveles de liquidez por el manejo heterodoxo de la política fiscal hecho que ha generado presiones inflacionarias muy fuertes. Califica como clave la reforma fiscal integral orientada a lograr equilibrio entre ingresos y gastos.

“La disciplina fiscal es clave para generar estabilidad macroeconómica, evitar ciclos inflacionarios y de devaluación del tipo de cambio”, dice. Por ello, propone darle progresividad y equidad al sistema tributario porque en el país la base o tributo que más recauda es e IVA que por definición es regresivo y pecha proporcionalmente al más humilde en comparación con el grupo de mayor ingreso. El propósito es que el sustento del esquema sea el ISLR que por tener alícuotas diferenciales es progresivo, es decir, genera equidad. Afirma que este modelo de tributación se aplica en Chile, Canadá, Estados Unidos y muchos países desarrollados.

El economista dice que, aunque es un tema controversial, no ve otra opción que eliminar los controles de precios y en caso de que se mantengan algunos sería en alimentos y medicinas. Este razonamiento lo sustenta en el hecho de que considera que detrás del desabastecimiento están estos mecanismos que afirma han sido instrumentados sin ninguna racionalidad económica haciendo que los precios de algunos productos estén por debajo de sus costos de producción y en la medida en que esto ocurre en forma sistemática se afronta la insuficiencia de bienes o los precios son impagables “generando impactos muy negativos sobre el bienestar de la población”.

Aclara que si los precios de los productos se llevan a sus costos de producción muchos venezolanos estarían imposibilitados a acceder a ellos y cuando eso ocurre las sociedades generan subsidios directos y focalizados a la población que realmente lo necesita. “Lo que no puedes es generar precios controlados ficticios que hacen que simplemente se haga inviable la producción de un bien y desaparezca pagando la sociedad un alto costo por la vía del desabastecimiento.

Sentido común

Para Puente algunas decisiones no tienen que ver con discusiones teóricas o ideológicas sino con el sentido común. Por ello, señala que hay que desmontar el control cambiario. Recuerda que se trata de un esquema con tipos de cambios múltiples que no reflejan la realidad de la economía generando lo que califica como “terribles distorsiones” en la asignación de recursos y particularmente de dólares para la importación de bienes finales.

Plantea ir a una transición con un sistema cambiario único y competitivo. Añade que esta es una de las discusiones que se deben dar en la sociedad venezolana porque existen múltiples opciones posible y todas tienen costos y beneficios.

Apunta que algunos economistas plantean un ajuste gradual de los tipos de cambio hasta que se logre una convergencia entre los distintos precios y luego avanzar al desmontaje con una paridad única y competitiva que en su opinión actualmente estaría entre Bs 60 y 90 mil. Otros hablan de un esquema de shock y algunos de la dolarización de la economía. Esta última opción eliminaría el proceso hiperinflacionario, pero a mediano plazo origina algunos problemas de competitividad y representa ceder la política cambiaria y monetaria a la reserva federal perdiendo un margen de acción importante en política económica.

“Si desmontamos el control y lo sustituimos por algún mecanismo sensible de libre convertibilidad en bolívares, ello implicaría una ganancia neta para la sociedad y mayor capacidad de compra porque todo lo que está calculado en dólares se ajustaría”, dice.

Alerta con respecto a que lograr que los precios bajen es uno de los grandes retos porque, a su juicio, hay un comportamiento oportunista por parte de los agentes económicos en estos desequilibrios, pero también es cierto que en una economía que ha vivido inflación e hiperinflación y ajustes del tipo de cambio sistemáticos es natural que los actores económicos se traten de proteger. “Hay que cambiar la dinámica, generar un shock de expectativas, credibilidad en la política económica en el esquema cambiario, fiscal y monetario de manera que se generen círculos virtuosos”, reflexiona.

Asegura que en la medida en que se aplique un esquema cambiario racional como la libre convertibilidad o la dolarización donde existe una relación dólar bolívar transparente y clara el mercado no oficial ni ninguna página web afectará los precios porque no definirán la política cambiaria.

Personalmente, admite que optaría por un programa de estabilización que permita preservar la moneda nacional haciendo consistente la política fiscal y monetaria dándole potestades y autonomía al BCV para ejercer una política monetaria y cambiaria eficiente que genere estabilidad de precios y cambiaria.

Aclara que entiende que pueden existir otras opciones a instrumentar, entre ellas, la dolarización, apuntando que lo importante es llegar a un consenso o un acuerdo “porque cualquiera de las tres alternativas mencionadas es superior al control de cambio actual”.

Hay que reinventar

Otro elemento fundamental del programa económico acota el economista seria reinventar la industria petrolera y buscar inversiones en el área para poder incrementar la producción porque uno de los grandes desequilibrios es que progresivamente ha ido disminuyendo la explotación de crudo siendo que es el corazón de la economía porque representa entre 95 y 96% de las exportaciones.

Citó que las cifras de la OPEP señalan que estamos en 1 millón 647 mil barriles diarios que es el nivel más bajo desde la década de los 40. Asevera que habrá que hacer un inventario de daños en Pdvsa y diseñar las acciones a tomar porque la caída se vincula a decisiones gerenciales erradas, desinversión y la pérdida de capital humano.

Recalca que actualmente Venezuela produce menos petróleo que Arabia Saudita , a pesar de que es el país con 25% de las reservas certificadas del mundo y su coeficiente de producción debería ser igual o superior al del país árabe.

El Programa de Reformas Integrales para el entrevistado también debe incluir cambios institucionales como la creación de un verdadero Fondo de Estabilización Macroeconómica (Fondem) puesto que, asevera que el creado en 1998 funciona al revés porque ahorra en períodos donde los precios del petróleo están muy bajos y cuando suben las cantidades guardadas disminuyen.

Al referirse al lapso en el cual el programa podría arrojar resultados adelanta que ello depende de las acciones que finalmente se implementen porque la dolarización permitiría logros inmediatos en materia hiperinflacionaria.

Explicó que con ayuda financiera internacional y a través de un mecanismo cambiario sensato, donde se liquiden dólares al aparato productivo especialmente para insumos para la producción nacional, en 8 o 10 meses se pueden tener impactos importantes en la disponibilidad de bienes. “Se trata de generar victorias tempranas que permiten que la sociedad tenga sentido de futuro y convertir los círculos viciosos en virtuosos”.

La recuperación del crecimiento especifica que se puede dar en 12 o 14 meses. Estima que que el control de la inflación se hace más complejo dependiendo por cuál sistema se opte porque con la dolarización se detiene y se logra 1 dígito pero con la libre convertibilidad con acciones similares al Plan Real que implementó Brasil en 2 ó 3 años se pasaría de hiperinflación a desplazamientos de precios menores hasta llegar a un dígito.

Adiciona que el programa tiene que estar acompañado por razones éticas y morales así como también de economía política que permitan darle larga vida y hacerlo sostenible.

Rescatar la confianza

Para el economista, José Manuel Puente, el rescate de la confianza también es un factor clave no solo para la implementación sino también para el éxito de cualquier programa económico.

Recalca que el país en los últimos 20 años ha triplicado su deuda externa. A su juicio fundamentalmente, el problema es que ha acumulado fuertes vencimientos a lo largo del período 2018-2027 los cuales suman $90 mil millones y en algunos años tiene vencimientos que totalizan entre $8.500 millones y 11.500 millones. La situación se agrava porque con los flujos de ingresos petroleros actuales no hay capacidad para asumir esos pagos.

Apuesta a reestructurar estos compromisos para achatar la curva de vencimiento para hacerla viable como parte fundamental de la estrategia económica.

Añade que hay que generar confianza entre los tenedores de bonos para abrir un escenario donde se les pueda ofrecer deuda nueva bajo otras condiciones con figuras como el refinanciamiento, el canje o cualquier otra para hacerlos homogéneos para hacer viable la estrategia de pagos y no seguir incurriendo en defoult porque en este momento aclara que suman 12 bonos vencidos.

La deuda externa total del país, según algunos economistas, se ubica actualmente entre 130 y 140 mil millones de dólares. Sin embargo para Puente también existe un problema de transparencia y rendición de cuentas en la política económica venezolana lo cual hace imposible generar credibilidad y confianza en un programa de reformas.

Para revertir esta situación asegura que es imperante emprender acciones que den señales positivas a los mercados financieros. “Esta es una situación que tenemos que entender todos los venezolanos y los hacedores de política económica porque es necesario generar las medidas correctas y activos intangibles como confianza en los mercados”.

En lo social es tajante al afirmar que no se le pueden pedir a los venezolanos más sacrificios de lo que han hecho en los últimos años producto de no de haber hecho reformas necesarias y de preponderar solo lo político. Alerta que debe darse una política agresiva de recuperación del salario y del gasto social focalizado.

Enfatizó que con el gobierno actual “no veo ninguna posibilidad de que se pueda estabilizar la economía porque no quiere ni puede. Carece de la visión, del equipo y de la credibilidad” por lo cual estima se debe construir por las vías institucionales un cambio político”.

También califica como parte importante del plan una estrategia comunicacional que permita hacer entender a los venezolanos por qué estamos donde estamos y cómo salimos de aquí haciendo énfasis en la diferencia entre las ideas que conllevan al progreso y a la equidad, y otras que terminan en el fracaso y el empobrecimiento de la sociedad.

 

 

 

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