Una empresa pública pasada a manos privadas, ya no pesa sobre el presupuesto de gastos, sino que pasa a ser parte del presupuesto de ingresos por la tributación. En cuanto al desempleo que pudiera causar, en casi todos los casos lo único que ocurrirá, será soltar el lastre del clientelismo político, manteniendo empleados solamente aquellos trabajadores que realmente aportan valor a la empresa. Gran parte de los problemas se deben a no entender la lógica productiva, agregar valor y la existencia de mercados, son la garantía de obtención de bienes que consumimos y servicios que utilizamos. Con la lógica estatista, todos los días perdemos cantidad, calidad y singularidad. Habría que hacer algún ejercicio piloto de traspasar la gerencia, sustituir al presidente y la junta directiva por gerencia profesional, para restablecer las capacidades operativas, preparar la negociación y transferencia/asociación al sector privado, en las mejores condiciones, con los medios más convenientes para el país, no solamente desde un punto de vista fiscal, sino desde forma integral que involucre la continuidad a largo plazo, el impacto social, la situación del mercado, y la situación de esa empresa en particular. El tema de “zapatero a tus zapatos” aplica muy bien a los gobiernos que no están diseñados para moverse en el mundo empresarial sino todo lo contrario para estar afuera y regular.