Se produce el efecto cardumen que lleva a que los pensamientos individuales, sean reemplazados por intuiciones colectivas, las cuales, en términos generales, reaccionan de la siguiente forma: 

1. Cuando hay mucho dinero y mucha pobreza, los pobres, se vuelcan a elegir dirigentes que distribuyan ese dinero 

2. Cuando se acabó el dinero, y aun sigue mucha pobreza, esos mismos pobres, que son el fiel de la balanza, tienden a buscar dirigentes que reconstruyan. El primer impacto directo positivo de esa elección, fue sobre el mercado interno brasileño; y el siguiente fue sobre Argentina. 

Al abrirse expectativas positivas, los dos socios del Mercosur se benefician, y por supuesto también el resto del bloque. Para Venezuela, el impacto no es grande, pues con Michel Temer no le estaba yendo bien. Con este le irá algo peor, pero no tanto. 

 En cuanto a nuestra situación interna, el cambio debe comenzar por el chavismo, desde adentro. Todos, dirigentes y base, deben tomar conciencia de que la única manera de revertir esta situación, es si todos coincidimos en que esto así, no funciona. Estamos viviendo el congreso ideológico del PSUV, y estoy seguro de que, puertas adentro, debe haber un ánimo de querer arreglar la situación. Cosa que no se refleja en las declaraciones públicas, que muestran una realidad virtual que no coincide con lo que los participantes viven al salir de las reuniones. Si lo dice la oposición u otro país, no lo tomarán en cuenta. El cambio debe venir desde el interior del chavismo, que le diga al presidente: esto así no funciona…tenemos que cambiar. 

La visita del senador Corker es un logro del Grupo de Boston. Su trabajo de tender puentes es bueno. Ya sea que tenga resultados o que no, el solo esfuerzo, ya merece el reconocimiento de nuestra sociedad. Por supuesto, que para quienes esperan la invasión, un puente es una mala noticia; pero para los que pretenden democracia, saben que un puente siempre es importante. Confunden puente con suavizar sanciones, y eso no necesariamente es así: por un puente puede cruzar de todo: lo bueno y lo malo, lo pacífico y lo violento. Lo que si habría que tomar con cuidado es la propuesta de apoyar el dialogo político por parte tanto del senador, como también de la Unión Europea (UE). Hasta ahora este tipo de diálogo no ha dejado contenta a la gran mayoría de los venezolanos. La primera pregunta que me surge es: ¿quién va a dialogar con quién? Cuando uno trata de poner nombres, nos vamos a encontrar con la repetición de los de República Dominicana. 

Los representantes del gobierno con el mandato de hacer lo necesario para que nada cambie, y los de la oposición que no tienen representatividad; no representan a las bases opositores, y entre ellos tienen intereses encontrados, y no siempre transparentes. Entonces: ¿a qué dialogo se refieren? 

Cada vez hay más cohesión en el pueblo venezolano, borrando las diferencias y apoyándose mutuamente ante el enemigo común que es la crisis galopante en la que se hunde el país. Es un aprendizaje para cuando las cosas cambien. Porque tienen que cambiar, ya sea con este gobierno, o con otro, la gente está empezando a sentir que, por ejemplo, la electricidad gratis lleva a la oscuridad. 

Y, consciente o inconscientemente, terminará aceptando lo inevitable: que habrá que privatizar para rescatar la infraestructura, que el petróleo ayudará cada vez menos, y que habrá que pagar las tarifas y los precios que valen las cosas en cualquier parte del mundo. Quien les enseñó que todo eso era gratis, no les hizo ningún favor. Porque ahora sí parece tener sentido la pregunta de ¿porqué aquí era gratis y en otras partes se pagaba? La respuesta va a ser dolorosa y la van/vamos a sufrir; pero por lo menos, habremos tenido la toma de conciencia de que la electricidad más cara, es la que no se tiene. Estos temas, que pudieran parecer económicos, en realidad son sociológicos. 

Cuando alguien cree que tiene derecho a la gasolina “gratis”, entonces, se genera un tipo de sociedad en la que será muy difícil suministrarle gasolina…ni siquiera gratis…porque en ese tipo de modelos, los recursos se agotan, porque no los administran y porque los dilapidan. En estas etapas de transición –porque así no parezca, ya estamos en transición-, desde este modelo hacia otro más racional, el problema más serio que se confrontará, será el sociológico…será la misma gente la que pondrá los obstáculos; la que no estará dispuesta a pagar la fiesta que disfrutaron gratuitamente.

La falta de electricidad en el país terminó afectando la cadena de frío para los alimentos. Carne, pollo, huevos y pescado, son los más afectados. La leche, aunque también afectada, siempre se manejó con criterios más regionales y locales. Si bien los controles han contribuido históricamente a esa escasez, ahora se le suma un elemento nuevo que hará difícil que la carne, el pollo y el huevo, reaparezcan como antes: se rompió la cadena de frío. La distancia, y el tiempo, desde la producción de pollo, carne, huevo y pescado, hasta los centros de consumo, tendrán que acortarse. Será difícil que un pescado de mar llegue a Apure, o que la carne del sur del lago, llegue a Caracas. Tendremos que migrar a los alimentos no perecederos, y lo otro, tendrá escalas de operación y calidad más bajas, porque estarán cerca de los centros de consumo, lo cual resultará muy caro para la población en general.