Espacio publicitario

Ladrones imponen cierre a comedor comunitario de La Vega

120 niños, entre tres meses y 16 años, dependen de esta obra

  • Diario El Universal

07/05/2018 05:00 am

JULIO MATERANO

No solo la escasez y la hiperinflación sacuden la mesa a las familias más pobres, el hampa también le pone su propia sazón a la crisis, especialmente en las comunidades más deprimidas. La mayor muestra de ello es lo ocurrido este sábado en el sector Las Casitas de la parroquia La Vega, en Libertador, donde delincuentes incursionaron por segunda vez en una semana en el comedor de la zona.

En la primera embestida, ocurrida entre la noche del lunes y la madrugada del martes, solo el hambre y el ardor del estómago de los niños se salvaron del zarpazo de los ladrones. Las despensas de alimentos fueron saqueadas. Los delincuentes cargaron con 20 kilos de queso, 8 bultos de harina de maíz, 2 pacas de sal, la leche, el fororo y toda la comida que mantiene en pie a más de 120 niños.

Los ladrones de comedor, como se refieren algunos miembros del barrio al grupo de delincuentes, también desmantelaron la cocina: se llevaron un termo industrial de café y una licuadora de 5 litros. 

Por el robo más reciente, ocurrido la noche de este sábado, hay seis detenidos en la sede de la PNB en Montalbán, informó Yasiris Paredes, portavoz de la comunidad. El comedor de Las Casitas no es una iniciativa fortuita, es la respuesta articulada de los vecinos a los problemas de desnutrición y a la pobreza extrema que priva a los núcleos más vulnerables de los tres platos de comida. Según la Encuesta sobre Condiciones de Vida, en Venezuela nueve de cada 10 personas no pueden costear su alimentación. 

La obra de La Vega, en la que colaboran madres de la zona, tiene dos años en curso y funciona de lunes a viernes en el seno de la Unidad Educativa Andy Aparicio, un blanco ineludible para el hampa. Allí, cada mediodía acuden 120 niños, entre 3 meses y 16 años, para ingerir lo que en la mayoría de los casos es su único plato de comida al día. En una jornada cualquiera se sirven 8 kilos de arroz y 7,5 de carne. Pero hace una semana que no se encienden las hornillas. Hoy algunos pequeños y sus madres merodean, sollozos, el lugar y se formulan la misma pregunta: cuándo servirán otra vez la comida. 

Frente a lo ocurrido, la también encargada del comedor, Yasiris Paredes, quiere pensar que los responsables de los daños son personas ajenas a la comunidad. Sin embargo, señala que muchos beneficiarios conocen el destino de los electrodomésticos sustraídos, pero los asalta el temor del peligro tácito: las amenazas. "El comedor nace de la voluntad de personas de gran corazón, que apuestan por el cambio y cuenta con el auspicio de Alimenta la solidaridad, un programa de la organización social Caracas Mi Convive", explica Paredes.

La crisis en La Vega es tal, que algunas docentes del colegio adscrito a Fe y Alegría han tenido que canalizar con ellos comida a los estudiantes abatidos en las aulas por la desnutrición.

Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario