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Preguntas

JOSÉ SANTIAGO NÚÑEZ GÓMEZ. Se hace trampa todos los días a quienes aceptan que unidades del bolívar sean la medida de su trabajo y de los bienes materiales que tienen

  • JOSÉ SANTIAGO NUÑEZ GÓMEZ

04/08/2018 05:00 am

Circula un audio en el que un General aclara a un Coronel los propósitos y virtudes del “Bolívar Soberano”, la nueva moneda que el Gobierno introducirá próximamente. En pocas palabras el General despacha la definición básica de la moneda: es aquello que funciona (i) como medida de todo lo que tiene un valor económico, incluso el trabajo humano, (ii) como medio de pago de obligaciones por contrato o responsabilidad por daños, o por cargas tributarias, y (iii) como instrumento para “guardar valor”, es decir, para ahorrar; la moneda, dice, sirve para todo eso, y agrega que ese “algo” que se pretenda o quiera utilizar como moneda, para que funcione como tal, debe tener un valor estable -impecable la explicación. 

La aclaración sigue con el argumento de que el problema del bolívar actual (el llamado “Bolívar Fuerte”) es que su valor se le ha hecho depender del dólar; que esa relación ha sido manipulada por los conspiradores de Dolar Today; que para salvar ese problema la nueva moneda estará atada al Petro; y dado que éste (el Petro) está, a su vez, atado al valor de un barril de petróleo, entonces, por regla de tres, el valor del Bolívar Soberano gozará de la estabilidad necesaria. No sabemos por qué el General no elabora como es el caso de las monedas “no-atadas” que gozan de estabilidad ¿por qué, en Madrid, un café tiene años costando más o menos un euro? o ¿por qué una hamburguesa McDonalds cuesta en EEUU más o menos lo mismo desde hace muchos años? 

La respuesta -que es la misma- a las preguntas del final del párrafo anterior tiene que ver con la conducta del emisor de la moneda, con la seriedad y responsabilidad con la que éste actúa. El Gobierno le hace trampa todos los días a quienes aceptan que unidades del bolívar sean la medida de su trabajo y de los bienes materiales que tienen, dispone obras, hace compras, decreta bonos y aumentos de salarios y, como no tiene los bolívares para pagarlos pero sí control del Banco Central, simplemente los inventa y, con la mayor irresponsabilidad, los introduce al torrente de la circulación monetaria, causando la pérdida de valor del bolívar y, con ello, la hiperinflación que sufrimos. Es esto lo que ha dañado la moneda y lo que tiene que cesar de inmediato. 

SANTINUNEZ@Yahoo.com
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