El Leonático
Luis Peñalver, bicampeón del Caribe
La recién finalizada Serie del Caribe de Mazatlán nos llevó indefectiblemente a recordar a caraquistas que actuaron con gallardía en esos clásicos latinoamericanos, tal es el caso del inmortal Luis Peñalver, uno de los mejores lanzadores de los Leones en su historia.
De entrada les comento que Luis es uno de los pocos pitchers venezolanos con dos títulos del Caribe: el primero en 1970 como refuerzo del Magallanes, y el otro en 1982 con el glorioso uniforme del Caracas.
Ahora, al valorar en su contexto global las actuaciones venezolanas en los últimos tiempos, con apenas una corona caribeña en los últimos 12 años, eso de que Peñalver haya atesorado dos cetros en el evento es sin dudas una verdadera hazaña.
Precisamente, en aquella temporada 1969-1970 de la LVBP lanzó en un total de 28 partidos, 14 de ellos en plan de abridor (una barbaridad), liderando las victorias con 9 y la efectividad con un microscópico 1.40.
De Cumaná para el mundo, Peñalver impresionó en los Juegos Panamericanos celebrados en Chicago en 1959. Con apenas 17 años ganó dos juegos en el Comiskey Park, incluyendo el decisivo ante Puerto Rico al que limitó a seis hits y dos carreras en labor completa.
A su regreso a Venezuela firmó con el Oriente y los Gigantes de San Francisco, organización que lo asignó al Sun Kings de El Paso. Ese primer año como rookie lo saldó con 14 triunfos, razón por la cual al año siguiente ya estaba el AAA.
Particularmente lo recuerdo con los Leones del Caracas, cuando retaba a los bateadores contrarios con esa sonrisa que los sacaba de quicio.
En total ganó 84 juegos en la LVBP en 23 temporadas y propinó 45 blanqueadas, números realmente impresionantes.
¿Y en las ligas menores? Pues Luis salió airoso en 74 compromisos, por lo que sumando las victorias en Venezuela y Estados Unidos, estamos hablando de 158 lauros, eso sin contar sus performances en la Liga Mexicana de Beisbol.
Por cierto, que en una conversación entre amigos y teniendo como tema el beisbol azteca, Luis confesó que el circuito de ese país era sumamente duro en aquellos años en los que le tocó actuar, debido entre otras cosas a los traslados entre estadios, los cuales en su mayoría eran por tierra (de Rolling) en autobuses. También los aficionados mexicanos se mostraban particularmente agresivos con los peloteros visitantes, al punto de llegar a lanzarles serpientes a los pitchers en el bullpen. ¿Queeé? “sí, así como lo oyes”, me dijo Peñalver. “Una vez me lanzaron una serpiente que tenía la boca amarrada con un pabilo, pero igual el susto fue de pronóstico”.
Al final de su vida coincidíamos en el Paseo Los Próceres, donde se ejercitaba diariamente. Siempre un saludo y su sonrisa de siempre, esa que sacaba de quicio a los bateadores rivales.
El 21 de diciembre pasado se cumplió el primer año de su desaparición física, circunstancia que si bien nos entristeció sobremanera, nos hizo recordar sus notables actuaciones con los Leones del Caracas. ¡Caraquistas Forever!
De entrada les comento que Luis es uno de los pocos pitchers venezolanos con dos títulos del Caribe: el primero en 1970 como refuerzo del Magallanes, y el otro en 1982 con el glorioso uniforme del Caracas.
Ahora, al valorar en su contexto global las actuaciones venezolanas en los últimos tiempos, con apenas una corona caribeña en los últimos 12 años, eso de que Peñalver haya atesorado dos cetros en el evento es sin dudas una verdadera hazaña.
Precisamente, en aquella temporada 1969-1970 de la LVBP lanzó en un total de 28 partidos, 14 de ellos en plan de abridor (una barbaridad), liderando las victorias con 9 y la efectividad con un microscópico 1.40.
De Cumaná para el mundo, Peñalver impresionó en los Juegos Panamericanos celebrados en Chicago en 1959. Con apenas 17 años ganó dos juegos en el Comiskey Park, incluyendo el decisivo ante Puerto Rico al que limitó a seis hits y dos carreras en labor completa.
A su regreso a Venezuela firmó con el Oriente y los Gigantes de San Francisco, organización que lo asignó al Sun Kings de El Paso. Ese primer año como rookie lo saldó con 14 triunfos, razón por la cual al año siguiente ya estaba el AAA.
Particularmente lo recuerdo con los Leones del Caracas, cuando retaba a los bateadores contrarios con esa sonrisa que los sacaba de quicio.
En total ganó 84 juegos en la LVBP en 23 temporadas y propinó 45 blanqueadas, números realmente impresionantes.
¿Y en las ligas menores? Pues Luis salió airoso en 74 compromisos, por lo que sumando las victorias en Venezuela y Estados Unidos, estamos hablando de 158 lauros, eso sin contar sus performances en la Liga Mexicana de Beisbol.
Por cierto, que en una conversación entre amigos y teniendo como tema el beisbol azteca, Luis confesó que el circuito de ese país era sumamente duro en aquellos años en los que le tocó actuar, debido entre otras cosas a los traslados entre estadios, los cuales en su mayoría eran por tierra (de Rolling) en autobuses. También los aficionados mexicanos se mostraban particularmente agresivos con los peloteros visitantes, al punto de llegar a lanzarles serpientes a los pitchers en el bullpen. ¿Queeé? “sí, así como lo oyes”, me dijo Peñalver. “Una vez me lanzaron una serpiente que tenía la boca amarrada con un pabilo, pero igual el susto fue de pronóstico”.
Al final de su vida coincidíamos en el Paseo Los Próceres, donde se ejercitaba diariamente. Siempre un saludo y su sonrisa de siempre, esa que sacaba de quicio a los bateadores rivales.
El 21 de diciembre pasado se cumplió el primer año de su desaparición física, circunstancia que si bien nos entristeció sobremanera, nos hizo recordar sus notables actuaciones con los Leones del Caracas. ¡Caraquistas Forever!
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