Riad.- el piloto español Carlos Sainz -junto a su copiloto Lucas Cruz- sumaron este viernes otro gran triunfo a su carrera deportiva, sin duda una de las más brillantes de todos los tiempos no sólo en el automovilismo español, sino también mundial.
El madrileño y su navegante consiguieron su tercera victoria en el Rally Dakar (tras las de 2010 con Volkswagen y 2018 con Peugeot) tras completar este viernes en Quiddiyah los casi 7.900 kilómetros de recorrido de la 42ª edición del exigente raid.
Sainz (Mini) terminó la duodécima y última etapa (Haradh-Quiddiyah, de 166 kilómetros de recorrido) en tercera posición, a 3:56 del ganador, el qatarí Nasser Al-Attiyah, su mayor rival por el premio final.
Sainz gozaba una ventaja de 10:17 minutos sobre el qatarí y de 10:24 sobre el francés Stéphane Peterhansel y no tuvo ningún problema para administrarla en la recortada especial de este viernes (obras en gasoductos situados en el recorrido obligaron a la organización a tomar esta medida a última hora).
De esta manera el piloto español de Mini batió su propio récord como vencedor más longevo de la carrera. En 2017 la conquistó con 55 años y ahora ha subido el listón hasta los 57 años. Además, Carlos Sainz desempata con Nani Roma y se convierte en el segundo piloto español con más victorias en el Dakar con tres, dos menos que el líder en este segmento, Marc Coma.
En efecto, Sainz se convirtió en tricampeón del rally más duro del planeta con 57 años, tras dominar con mano de hierro casi todo el transcurso del Dakar. Desde que lograra la victoria en la tercera etapa, el madrileño fue el hombre a batir y ya nunca abandonó el liderato de la prueba, pese a la presión de dos estrellas de la talla de Stephane Peterhansel y Nasser Al-Attiyah, quienes intentaron descabalgarle a fuego de su posición de privilegio sin conseguirlo.
Fue el primer triunfo en el Dakar del buggy de Mini, un proyecto iniciado hace cuatro años por su estructura X-Raid, que devuelve el trofeo del touareg a la marca alemana después del periodo de dominio de Peugeot (2016 a 2018) y la victoria, el año pasado, de Toyota.
La lucha por el segundo puesto finalmente se decantó por el lado de Al-Attiyah, quien este viernes consiguió el triunfo de etapa, el único que logró en este Dakar, y aseguró el segundo escalón del podio ante la presión a la que le había sometido en los últimos días Stephane Peterhansel, quien completó el podio.
Ricky Brabec en motos
El estadounidense Ricky Brabec (Honda) se impuso en la categoría de motos, rompiendo con dos maldiciones en la historia del Rally Dakar. Por un lado, la hegemonía legendaria,de KTM, la marca que conquistó las 18 últimas ediciones sin que nadie lograra hacerle frente reseñó marca,com.
El nombre del estadounidense quedará ya para siempre en la historia de las grandes gestas de la marca del ala dorada, ya que devuelve a Honda un galardón que no llevaba a sus vitrinas desde hace 31 años (en 1989 Giles Lalay fue la última Honda en subir a lo más alto del podio, entonces, de París).
El fabricante japonés que ganó la primera edición (con Cyril Neveu en 1979) buscaba ansiosamente este triunfo desde 2013, el año en el que los nipones desembarcaron de nuevo en el Dakar, tras 24 años de ausencia.
Pero además, Brabec pasó a la historia de la prueba por ser el primer piloto estadounidense que consigue ganar un Rally Dakar. Curiosamente, tuvieron que pasar 42 años... y en esta edición fueron dos los 'yankis' que tocaron la gloria: Brabec y Casey Currie en SSV.
El gigante Brabec -su corpulencia y fortaleza compite con la del piloto al que ha tomado el relevo en la lista de ganadores, Toby Price- se curtió en el desierto californiano, donde las dunas no abundan pero sí el terreno roto, en el que se mueve como pez en el agua. Gloria al campeón.
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