San Diego.- Las pelotas de beisbol utilizadas durante la temporada regular de 2019 tuvieron menos resistencia en promedio, lo que contribuyó a un aumento de potencia que resultó en un número récord de jonrones, según un estudio encargado por Major League Baseball y publicado por la liga este miércoles.

El informe elaborado por un comité de profesores de ciencias dijo que las inconsistencias en las costuras de las pelotas de béisbol, así como los `` cambios en el comportamiento de los jugadores '', fueron los principales culpables del aumento en los jonrones. Los bateadores conectaron 6.776 veces en la temporada regular, rompiendo el récord de 6.105 establecido en 2017.

El comité dice que no encontró evidencia de que MLB alteró intencionalmente las pelotas de béisbol y cree que las inconsistencias se debieron a la `` variabilidad de fabricación ''. Las bolas son cosidas a mano por trabajadores de la fábrica de Rawlings en Costa Rica.

El informe de 27 páginas fue escrito por Alan Nathan, Jim Albert, Peko Hosoi y Lloyd Smith.

Se proporcionaron una serie de recomendaciones. Los científicos dicen que MLB debería considerar instalar humidores en los 30 estadios de pelota "para reducir la variabilidad de humedad en las condiciones de almacenamiento" e instalar sistemas de seguimiento atmosférico en cada estadio. Creen que Rawlings debería comenzar a rastrear las fechas en que se fabrican y envían las pelotas de beisbol, y también han sugerido un estudio con un tamaño de muestra más grande para explorar la posibilidad de que el transporte esté influenciado por el barro frotado aplicado a las pelotas de béisbol blancas y brillantes antes de que se usen en los juegos, reseñó AP

El grupo también confirmó las sospechas de jugadores y entrenadores de que la pelota "exprimida" llevaba menos durante la postemporada de 2019. El manager de los Cardenales, Mike Shildt, dijo durante la Serie de Campeonato de la Liga Nacional que el equipo de análisis de St. Louis creía que las pelotas volaban 4 1/2 pies menos en promedio. Eso respalda un estudio publicado por el científico de datos Rob Arthur en Baseball Prospects que muestra que las bolas de repente tuvieron menos resistencia.