Nueva York.- Con un equipo si se quiere de repuesto, los Yanquis de Nueva York lograron asegurar su primer título divisional desde 2012.
Con 46 juegos por encima de .500, la tropa de Aaron Boone literalmente arrolló a cuanto rival tuvo la osadía de ponerse enfrente, gracias a un compacto lineup de emergencia que siempre rindió dividendos.
En efecto, pese a colocar a 30 peloteros en la lista de lesionados esta temporada, los del Bronx lograron la hazaña con su centésima victoria, pero no hubo un festejo desbordado, no en este año, reseñó lasmayores.com.
Tras el juego ante los Angelinos de Los Angeles, los jugadores se alinearon para estrecharse las manos y abrazarse, con mayor efusividad de la habitual, pero sin una alocada celebración en el diamante.
Ya en los vestuarios, se mostraron más jubilosos, en el baño con champaña.
“Tratamos de evitar más lesiones”, justificó DJ LeMahieu.
“Tenemos un equipo lleno de salvajes”, destacó el toletero Aaron Judge, quien evocó así una expresión que el manager Aaron Boone volvió famosa en esta campaña, cuando le hizo un encolerizado reclamo a un umpire.
“Ha sido una larga temporada, llena de altibajos. Vamos a celebrar, pero tenemos más beisbol por jugar”, agregó Judge.
“Tenemos peces más grandes que pescar, pero es el primer paso de un largo camino”, comentó a su vez Boone, antes de elogiar a sus jugadores. “Nada se ha interpuesto en su camino. Enfrentaron cualquier adversidad y se fortalecieron de ella”.
Boone se convirtió en el primer manager en ganar 100 juegos en cada una de sus primeras dos zafras en las mayores.
Los Yanquis iniciarán la postemporada el 4 de octubre probablemente contra Minnesota, líder del Centro de la Americana, o ante el primer comodín que bien podían ser los Rays de Tampa, los Atléticos de Oakland o los Indios de Cleveland.
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