La semana inaugural de cada organización de Grandes Ligas es algo especial, los fanáticos se reencuentran con sus ídolos luego de casi cinco meses separados. Todo lo que enmarca esos primeros juegos en casa es icónico y valioso, por eso el opening week de los Cerveceros de Milwaukee tendrá una mención especial para el venezolano Jesús Aguilar, porque él ya no es un suplente, él es la estrella que hizo vibrar a esa afición en 2018.
Y este 31 de marzo lo volverá a hacer, cuando los Cerveceros reciban en el Miller Park a los Cardenales de San Luis. Cada fanático que asista al compromiso recibirá un bobblehead (muñeco de colección) con la figura de Aguilar, quien asegura que esto es un tributo para esa afición que lo apoyó durante toda la contienda pasada.
“Estoy bastante contento de ver el resultado final, ya que el año pasado me tomaron la foto para hacer el bobblehead y ya tenía en mente como podía ser. Esto para mí es una forma de agradecer a la afición el respaldo que me han dado y me ha impulsado a querer ser cada vez mejor”, confesó.
El maracayero, que en el 2018 participó justamente en su primer Juego de las estrellas gracias al apoyo de la afición y la campaña “We believe in Jesus”, dijo sentirse emocionado porque el equipo lo haya tomado en cuenta para darle un toque especial a esa primera jornada en casa. Esto es un nuevo capítulo en su historia, un reconocimiento tangible a todos los esfuerzos que ha realizado desde mucho antes de 2014, cuando Cleveland apenas le permitió saborear el Big Show.
Desde entonces, varias primaveras han transcurrido y el jovencito que soñaba con un otoño de playoffs, hoy es un bateador temible, pieza fundamental de un equipo que ha evolucionado y tiene todo para cumplirle ese sueño reiterativo de llegar a octubre metido en la pelea por el título. En función a eso, Aguilar sostiene que este año el compromiso es mucho más grande.
“El año pasado fue muy productivo para mí, hice las cosas bien y ahora mismo estoy enfocado en trabajar duro para tratar de repetir todo eso o hacerlo incluso mejor… En este spring training quiero trabajar en mis debilidades, prepararme para salir a jugar fuerte y poder hacer las cosas de la mejor manera posible”, precisó el inicialista que terminó la contienda pasada bateando para .274 con 35 jonrones y 108 impulsadas.
Sin duda, este año el reto del venezolano es demostrar que tiene todas las capacidades necesarias para ser un pelotero franquicia, pues ya no se trata de ganarse un puesto, ahora la tarea es mantener ese sitial de honor que hoy está comenzando a otorgarle la ciudad de Milwuakee, donde han nacido nuevos anhelos para el criollo.
“Estoy listo para darlo todo en este 2019 y llenar de alegrías a esa afición. Sería un sueño hecho realidad si puedo convertirme en un icono para la ciudad, su gente y su béisbol”, concluyó.
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