Los peloteros venezolanos se han vuelto expertos en conquistar terrenos lejanos. Aquel éxito ha sido extraordinario pero ha obligado también a que su paso por la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) sea más corto. Por ello es difícil hallar a una figura que arribe al menos a una década uniformándose ininterrumpidamente en el país.
Las excepciones serán llamadas, en un futuro no muy lejano, leyendas. José Castillo es una de ellas, sus 1000 hits lo dejan muy claro.
El nacido en Guárico disputa este año, con los Cardenales de Lara, su temporada número 19 en la LVBP, cada una especial a su manera, pero seguramente pocas al nivel de esta edición, porque no todos los años se consigue el mítico hit que despachó Castillo el jueves en el compromiso que los pájaros rojos ganaron 9-2 a los Caribes de Anzoátegui en estadio el Antonio Herrera Gutiérrez.
Ante los lanzamientos del novato Elio Serrano Jr, el experimentado bateador se convirtió apenas en el octavo pelotero en conectar al menos 1000 hits en los 74 años de historia de la pelota venezolana. Y lo hizo en una jornada extraordinaria en la que terminó de 5-4 para seguir entre los bateadores más calientes de la campaña.
Sus compañeros de equipo festejaron con admiración la gesta del criollo de 37 años de edad, conocido como "El Hacha". El público asistente lo ovacionó como el referente ofensivo que ha sido durante toda su carrera, aquel que fue campeón bate de la liga en la campaña 2007-2008 con un astronómico promedio de .385 y que cinco años más tarde alzaba el premio al "Regreso del Año" con un average de .331.
La celebración era merecida pues, aunque Castillo y Tomás Pérez (2014-2015) lo han hecho en esta década, la verdad es que arribar a esa cifra no es tarea sencilla. Una constancia indomable se necesita para lograrlo y quizás sea esa expresión la más acertada para describir la carrera que ha construido el guairiqueño en su paso por seis de las ocho novenas que hacen vida en el circuito local.
Haber vaticinado tal éxito cuando comenzó su camino en el beisbol no hubiese tenido mucho sentido, pero echando la mirada hacia atrás resulta muy gratificante el recorrido, que ha estado plagado de esfuerzo y mucha dedicación.
"Yo empecé a practicar a los seis años y era muy malo. Jugaba casi que solo los domingos y en el noveno inning, pero con el apoyo de mis padres fui persistente, me mantuve firme, y aquí estoy ahora", comentó el criollo la campaña pasada cuando ya comenzaba a debatirse sobre la hazaña.
Ahora, más que nunca, esas palabras cobran sentido para él y todos los que han estado involucrados en su éxito, su capacidad para reponerse a los bajones ofensivos y cargar siempre con la distinción de "bateador peligroso" es lo que le ha hecho posible que alcance está meta y aspire a muchas otras. Detenerse no es opción.
No en vano confesó que el mejor consejo que le dieron en la vida fue "sigue luchando. Siempre, sigue luchando". Y eso es exactamente lo que ha hecho desde que salió del equipo de sus amores los Leones del Caracas, en la temporada 2010-2011, tras 11 años de entrega.
Indudablemente este logro, aunado a sus 537 carreras impulsadas y 89 cuadrangulares, le aseguran a José un cupo en el Salón de la Fama del Beisbol Venezolano, como ya lo tienen seis de los otros siete bateadores que lucen esa cantidad de incogibles y como, seguramente, lo tendrá Tomás Pérez apenas aparezca en las papeletas.
No hay otra opción. José Castillo será un inmortal de la LVBP, especialmente si logra mantener su promedio vitalicio por encima de .300 como lo hicieran Víctor Davalillo (.325) y Luis Sojo (.320) en su camino a al récord de los 1000 hits.
De momento queda mucho en el calendario para verlo en acción en la búsqueda de su nueva meta: el anillo de campeón.
"Seguiré luchando para dar más hits y obtener este campeonato con Cardenales", aseguró en declaraciones a la LVBP.
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