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EL LEONÁTICO

Diego Seguí cautivó a los fans del Caracas

  • ANTONIO CASTILLO

06/07/2025 06:34 am

Las nuevas generaciones de leonáticos ignoran en su esencia más pura lo que representó Diego Seguí para el Caracas en las décadas del sesenta y setenta, donde bordó notables gestas en el marco de la Liga Venezolana de Beisbol.
Entonces, los mozalbetes de la época se acercaban al estadio Universitario –preferiblemente los domingos- para verlo lanzar en los juegos que comenzaban a las 11:00 de la mañana.
Una delicia, porque en la mayoría de los casos, Seguí salía con la diestra en alto tras lanzar no menos de siete entradas de dominio.
Este portento del montículo nació en Holguín, Cuba, el 17 de agosto de 1937, y desde muy niño se destacó en el beisbol, amparado en su poderoso brazo.
Después de sobresalir en la pelota cubana, fue firmado con 20 años por la organización de los Atléticos de Kansas City en 1958, y apenas cuatro años después estaba en Grandes Ligas, en las que lanzó por 15 temporadas con los Atléticos de Kansas City, Senadores de Washington, Atléticos de Oakland, Pilotos de Seattle, Cardenales de San Luis, Medias Rojas de Boston y Marineros de Seattle.
En esas 15 temporadas ganó 92 partidos y perdió 111, dejando efectividad de 3.81 en 1807.2 innings, en los que ponchó a 1.298, bien como abridor o relevista.
En la temporada de 1970, vistiendo el uniforme de los Atléticos de Oakland, fue líder en efectividad de la Liga Americana con 2.56, tras permitir 46 carreras en 162 innings, en los cuales abanicó a 95. Sus diez victorias en esa campaña ayudaron a los Atléticos a finalizar segundos detrás de los Twins de Minnesota.
En Venezuela inició su transitar con los Industriales del Valencia en la temporada 1962-1963, para luego convertirse en ícono de los Leones del Caracas entre 1966 y 1971. Posteriormente lanzó con los melenudos en la zafra 1972-1973 y en el período comprendido entre 1976 y 1980.
En sus primeras dos temporadas con los Leones fue pieza vital en los encuentros decisivos de esas zafras, el primero ante los Tiburones de La Guaira y, el segundo, frente a los Tigres de Aragua, ambos conquistados en gallarda lid por los capitalinos.
En esa fecha decisiva de la campaña 1966-1967, Seguí lanzó en el encuentro que comenzó ganando La Guaira abiertamente y que el Caracas volteó con rally de 11 carreras en el séptimo, para ganar finalmente 16-9 y adjudicarse la corona de manera sensacional.
Y en el encuentro definitorio de la temporada siguiente (1967-1968), el derecho cubano subió a la lomita para espaciar diez inatrapables y darle al Caracas el triunfo de 5-3. Fue el segundo título consecutivo de los melenudos y el cuarto del manager cubano Regino Otero.
Con el uniforme de los Leones fue a tres Series del Caribe (1973, 1978 y 1980), siempre en plan estelar. En 1973, el clásico caribeño se celebró en Caracas, y los Tigres del Licey obtuvieron el título con balance de 5-1, pero Seguí fue el mejor lanzador, con 9.2 entradas sin permitir carreras y 15 ponches, estableciendo un récord de abanicados por cada nueve entradas (15.82) que aún se mantiene vigente. En total, en estas series, acumuló 35 ponches en 28.2 entradas con una efectividad de 1.88. ¡Caraquistas Forever!




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