Dos semanas de clases se han perdido por los procesos electorales
La suspensión de las actividades escolares en esta oportunidad se suma a la que se aplicó por los comicios regionales y municipales en el 2017
JULIO MATERANO
Para quienes pontifican la educación como una respuesta a la crisis, la suma del calendario escolar 2017-2018 no cuadra. Al cronograma iniciado el 18 de septiembre no solo le faltan días, la comunidad educativa también demanda profesores, pupitres y servicios básicos para cumplirlo a cabalidad. Pero existe un factor que descompleta los objetivos académicos en los niveles de educación inicial, media y diversificada: los eventos electorales.
A los 201 días de actividades escolares previstos para este año, el gremio docente no solo ha tenido que restar los días accidentados por falta de agua, electricidad o fallas en el transporte. El sector también descuenta los días de receso de cara a las contiendas electorales que restan a los alumnos tiempo para su formación.
Nancy Hernández de Martín, miembro de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes, advierte que la suspensión de actividades por el cronograma electoral pone los asuntos políticos por encima del derecho a la educación de los estudiantes.
La medida de paralizar las clases entre el 15 y el 21 de mayo sacude las aulas y suprime por lo menos 20 objetivos del calendario. La decisión gubernamental priva a los estudiantes de cuatro objetivos diarios, según reseña la portavoz de Fenasopadres.
A la cuenta por la contienda presidencial del 20 de mayo, la comunidad académica suma también el receso por las elecciones regionales de 2017 que obligó a paralizar las actividades entre el 08 y 16 de octubre de ese año; al igual que los imprevistos por el desabastecimiento de alimentos y la diáspora que deja a la aulas sin su principal recurso. En total se han perdido dos semanas de clase, lo que es igual a decir 40 objetivos.
Con la elección presidencial que se realizará este domingo, advierte Cecodap, suman tres los eventos políticos que han debido afrontar alumnos y maestros en este año escolar.
La organización, incluye también la contienda para las municipales del 10 de diciembre de 2017.
Otros males
La medida se da en un contexto en el que los directivos de escuelas reportan niveles alarmantes de deserción, un problema que se hace profuso en el ramo docente que tampoco escapa de las secuelas de la crisis.La reciente interrupción no solo arropa a los 14.638 centros de votación, también ha dejado en letargo a todo el sistema educativo nacional, de acuerdo con la circular refrendada y divulgada la semana pasada por el ministro de Educación, Elías Jaua Milano.
"No hay un día escolar perdido que pueda recuperarse. Y el ministerio no ha manifestado ninguna intención para cumplir el programa en un tiempo distinto. Jaua decide de manera arbitraria que todos los planteles van a tener una semana sin clases, cinco días hábiles y no ofrece alternativas", se cuestionan desde la organización Fenasopadres.
Leonardo Carvajal, miembro de la Asociación Civil Asamblea de Educación, asegura que Lo que viven las instituciones educativas es un cuadro nefasto. "La pérdida de maestros y profesores es cada vez más grave", acotó el docente.
Noelbis Aguilar, directora nacional del Programa Escuelas Fe y Alegría, sostiene que la interrupción de las clases resta vitalidad al último trimestre del año escolar. En el caso de Fe y Alegría, la medida incide sobre sus 173 planteles educativos, de los cuales 26 están ubicados en Caracas y Vargas y 13 en Miranda.
"Es un déficit cognitivo que tiene un costo muy alto a nivel social y en las competencias laborales y productivas de una generación cuya formación se ve afectada por la mala gestión del Gobierno", acotó Aguilar.