todos estos factores sumados a un gobierno que se preocupa más por el ornato que por la planificación condenan a este joven estado a vivir en una tragedia perenne.

Gilberto León, experto en emergencia por la Universidad de Texas, señaló que "todos disfrutamos de lo bonito del estado Vargas, pero lo bonito comienza por tener un estado seguro y el estado seguro es que estas quebradas y estos ríos vuelvan otra vez a ser, que se haga el trabajo hidrometereológico, a los fines de que no vuelva a ocurrir un desbordamiento".

Y es que la entidad se prepara para la inauguración este 27 de diciembre del Estadio de Béisbol Carlos "Café" Martínez; además tiene una imponente Cinta Costera y la plaza Bolívar más grande del mundo situada en La Guaira. Recientemente fue inaugurado el segundo terminal de pasajeros modelo del país en La Guaira que junto al de Catia la Mar son un derroche de modernismo.

No obstante, la población sigue esperando la restauración de los hoteles Sheraton Y Melía. Julio Mier y Terán, presidente de la Cámara de Turismo de Vargas, señaló que en cuanto "al turismo receptivo, el turismo que pernoctaba, el turismo que se quedaba en Vargas, durante estos 20 años, ha disminuido".

Mientras que Ramón Díaz, ex alcalde de Vargas y sobreviviente de Cerro Grande, manifestó que luego de luchar por su vida y perder a su familia junto a 16 vecinos "lo que me queda, lamentablemente, es una gran reflexión: cómo se distorsionó. Así como Vargas fue la tragedia, se convirtió en una tragedia, que no fue Vargas, sino que la tragedia nos arrastró hacia todo el país".

Agregó que nunca había visto una ola bajar de la montaña. “Nunca me imaginé que uno iba a ver una ola gigante de la montaña hacia abajo. Uno imaginaba siempre un maremoto, un tsunami del mar hacia acá, hacia la montaña. Pero nosotros vimos aquella ola que se desprendió, se cayó y arrastró y reventó todo. Ahí nos arrastró a nosotros”.

Díaz recordó que fue “una ola de lodo inmensa con una fuerza increíble que mi esposa cuando vio que cayó aquello que arrastró todo, lo último que ella me dijo fue: Ramón, se fue todo mi esfuerzo, porque era su casa de ella que ella construyó cuando ella era arquitecto bueno producto de su trabajo. Eso era de ella y de sus hijos y bueno, era como agarrar una galleta de Soda, apretarla y soltarla, así pasó todo y ahí nos arrastró a toditos”.

Otra que recordó lo que vivió fue Teófila de Díaz, sobreviviente de Carmen de Uria. “Eso parecía, así como un volcán. Bueno, nosotros le llamamos así, como un volcán, porque eso traía de todo. Eso traía piedras, palos, bueno… Todo eso era monte, palos gruesos, todo eso por ahí pa’ arriba y todo eso se lo trajo, todo".*Desde finales de noviembre de 1999 se contabilizaron 15 días de lluvias torrenciales