"Ha sido la peor temporada que hemos tenido". Así describió Carmen Pérez lo que va de vacaciones escolares. Ella está a cargo del Bar Restaurante Macuto II, que tiene 15 años en el Paseo de Macuto, en la parroquia del mismo nombre.
Aseguró que "hubo más movimiento en los asuetos de Carnaval y Semana Santa. Estas no parecen vacaciones. La afluencia ha bajado en más de 80% y con ello las ventas. Los fines de semana es cuando más o menos mejora el panorama".
Sostuvo que la falta de estacionamiento en el paseo es otra de las limitantes para los vacacionistas. "Ahora compran lo necesario: refrescos y chucherías; y rara vez sale un pescado y sopas", aseguró.
De acuerdo con Pérez, en la actualidad la mercancía debe pagarse de contado al vendedor. Alertó que los precios suben diariamente, según la cotización del dólar, lo que los mantiene contra la pared.
Margarita González, trabajadora del hotel Jofer CA, coincidió con Pérez en cuanto a la disminución de bañistas. Calculó que la cifra de temporadistas bajó 70%.
Sin embargo, indicó que siguen trabajando de lunes a lunes y que los caraqueños son su clientela predilecta. "Tenemos la habitación matrimonial en 120 mil, con cama adicional a 150 mil y en 180 mil dos camas matrimoniales", dijo.
Solo fin de semana
Sin duda la crisis económica que afecta al país ha privado a las familias de disfrutar incluso de las tan esperadas vacaciones escolares, y eso tiene a estos prestadores de servicio del Litoral Central contra la pared.
Por esta razón en el hotel Diana 2000 este año optaron por trabajar solo los fines de semana, explicó Eduardo Alvarado, encargado, quien indicó que “si en la semana alquilas una habitación es un milagro”.
Aun así el panorama el fin de semana tampoco es el mejor. “De 20 a 25 habitaciones es lo que alquilamos los fines de semana, de las 47 que tenemos. Los caraqueños siguen siendo nuestra mejor clientela. La mayoría paga por una noche”.
Rosendo Perozo, del Parador Turístico Azalias, señaló que de los 21 kioscos que hay a orilla de playa, solo cuatro ofrecían karaoke y música en vivo, entre estos el suyo.
“Pero estamos quebrados y solo retomando la música en vivo y el karaoke podremos ofrecer distracción a los bañistas, que vienen a eso a la playa”.
Dijo que la zafra ha estado caótica.
“La gente viene poco y los que vienen se traen todo. Las ventas están por el piso y ahora tenemos que pagar más impuestos. Nos estamos ahogando, estamos pidiendo auxilio. Antes todos los días parecían fines de semana, pero eran otros tiempos. Las ventas han caído entre 80 y 90%”.
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