Décadas atrás se proyectó una autopista entre La Verota y Kempis para enlazar las Autopistas Regional del Centro y Antonio José de Sucre y desviar el paso de cargas pesadas por Caracas. En el 2010, las obras fueron iniciadas y paralizadas y lo mismo ocurrió el 2016. Como los movimientos de tierra ejecutados solo ocuparon terrenos vacíos, donde no existían potenciales votantes, nada indica que se construirá este enlace expreso entre el Oriente y el Occidente del país. El tramo urbano prevé atravesar Santa Lucia, por afectar calles, viviendas, otros usos y los servicios públicos, ameritará una renovación urbana que preserve la eficiencia de la vía y desplace población con compensaciones justas. Estas dos condiciones son engorrosas y desde el 2000 se han asumido con reticencia porque la prioridad parece ser no molestar a quienes puedan votar. Así actuó el supuesto protector del Estado Miranda, quien por razones de premura, optó por un trazado montañoso en lugar del túnel proyectado, decisión que atenta contra todo el país y contra el desarrollo del Tuy Medio, punto donde confluyen las ramas viales del eje mayor de circulación Este – Oeste, con conexiones al llano y al litoral. Al parecer esta decisión procuraba aparentar eficiencia antes de un proceso electoral; una vez cumplido, la prioridad quedó archivada.
Durante décadas, el Tuy ha sido un lugar donde depositar personas a desplazar lo que ha justificado ocupaciones de pobre calidad urbana y el mirar hacia otro lado al ocurrir invasiones caóticas, dando excusas para menospreciar los Valles del Tuy Medio como ámbito apto para prosperar y crecer con orden. Pero lo contrario es factible y lo demuestra la urbanización industrial Rio Tuy, esfuerzo heroico que por su buena calidad es una anomalía en el eje norte costero. Otros factores favorables son los dos aeropuertos y el ferrocarril que desde la estación Charallave Norte, enlazará (algún día) con Las Tejerías para continuar hasta Puerto Cabello.
No cabe dudar sobre las magníficas condiciones del Tuy para ubicar servicios y actividades inexistentes o precarias en la Región Metropolitana, programa que a emprender como de interés nacional basado en inversiones públicas y en estímulos al sector privado. Inteligente sería seleccionar acciones que aporten prestigio y mitiguen el menosprecio actual y al efecto hay muchas opciones. Una sería promover servicios hospitalarios que hagan innecesario el penoso calvario de acudir a Caracas hasta para emergencias y otra propiciar instituciones educacionales de nivel superior y tecnológico, tanto públicas como privadas. Devolver la Gobernación del Estado Miranda al Tuy sería una acción de gran efecto que generaría mucho prestigio; debería incluir el traslado de dependencias dispersas en el Este de Caracas. Para corregir la primitiva distribución de alimentos en el centro del país, se podría promover un gran mercado mayorista donde los productores acudieran para vender lo cosechado y comprar insumos; cabe suponer que reduciría costos y la afluencia de vehículos grandes a Caracas. Otra posibilidad es la promoción de actividades de gran envergadura como un canódromo, un autódromo o un complejo deportivo diversificado. Otro ejemplo es el fuerte Guaicaipuro que podría ocupar la comandancia del Ejército, por ser un sitio no aislable ni sitiable por causas naturales o bélicas, factor negativo de Caracas.
Para superar el menosprecio al Tuy, las iniciativas mencionadas deberían complementarse con vecindarios gratos y accesibles dotados con servicios públicos y equipamientos proporcionales. Ojala algún día ocurra una conjunción inteligente de los varios niveles de gobernanza que actúan sobre la región metropolitana, capital del país.
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