Antes de iniciar la rutina de cada semana, los caraqueños aprovechan el cierre dominical de la avenida Boyacá, mejor conocida Cota Mil, para desarrollar sus habilidades deportivas, ya sea a bordo de una bicicleta, una patineta o a pie, a la altura de Sabas Nieves, en Altamira Norte.
Además del esparcimiento, en su recorrido se pueden encontrar vendedores ambulantes que ofrecen venta de bebidas refrescantes, frutas y dulces en diferente variedad. Hasta la música está presente.
Esta avenida ubicada al pie de El Ávila, atraviesa la ciudad de este a oeste; cuenta con una vista privilegiada de toda Caracas, y se habilita todos los domingos, desde las seis de la mañana, hasta la primera hora de la tarde, para que los visitantes puedan disfrutar de sus espacios para la distracción y practicar sus actividades deportivas y de recreación.
Ya sea en solitario o en compañía de la familia y amigos, el ambiente de la Cota Mil garantiza un entretenimiento saludable y adecuado para visitantes de todas las edades.
Lennys Briceño se traslada junto a su familia desde Los Teques cada 15 días para compartir tiempo de calidad con los suyos, además de conectarse con la naturaleza algo que "no tiene precio", opinó.
Briceño agregó que la seguridad es importante y a pesar de la economía del país, el esfuerzo vale la pena.
Según el guardaparques, Roberto Cruz, alrededor de 400 a 600 personas asisten cada fin de semana a este pulmón vegetal de la ciudad, para entrar contacto con el ambiente y "disfrutar del regalo que Dios dio a la capital".
Cruz considera que "todavía hace falta enseñar la educación ambiental a los visitantes", ya que algunos demuestran conductas inadecuadas para la preservación de la reserva natural.
Sin embargo, destacó la conducta de otros, quienes cuidan el medio ambiente y contribuyen con la limpieza del parque, al no dejar basura en el lugar.
En estos espacios de El Ávila, también se puede disfrutar de la buena música, de la mano de artistas de diferentes edades, quienes amenizan el ambiente del lugar.
"La vida sin música sería un error", expresaron Alex Álvarez y Hugo Castillo, dos jóvenes que todos los domingos llegan a la Cota Mil con sus instrumentos para deleitar a los turistas con sus melodías.
Según relataron, ambos se iniciaron en el núcleo del Sistema Nacional de Orquesta infantil y juvenil, además han realizado estudios especiales en la Escuela de Música Mozarteum de Caracas. Ambos ponen su talento a la orden del público para brindarles un recorrido más placentero.
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