Iván Abreu tenía cinco años cuando sintió un dolor muy fuerte en sus oídos el cual hizo que sus padres lo llevaran al médico, donde le diagnosticaron que había perdido el 90% de su capacidad auditiva. Ello marcó su vida para siempre.
Abreu destacó que "todo el proceso de empezar una nueva vida, sin escuchar, fue muy duro. En la adolescencia era muy tímido debido a mi condición. Se burlaban de mí, tenía pocos amigos, los puedo contar con los dedos y no se me acaban".
"Recuerdo que en primaria me sacaron de un colegio porque una profesora no soportaba enseñarme, para ese momento usaba aparatos auditivos, no era nada fácil, pero mi mamá Johanna me ayudó mucho".
Abreu expresó que luego de haber pasado por esa situación se volvió muy estudioso. Y en la secundaria en su primer día de clases se sentó de último en el salón de clases y un compañero le preguntó para qué servían esos aparatos y él le contesto "para oír porque no puedo oír sin ellos y se burló".
Además destacó que "recuerdo una vez que raspé una materia en secundaria, tenía que ir a reparación y le conté a mi papá, y él se molestó y me puse a llorar y le decía que no sé porque lo intentas conmigo, mejor preocúpate por mi hermana que el sí puede oír y mi padre se puso a llorar".
Iván Abreu señaló que su familia y sus padres son el pilar fundamental para continuar adelante a pesar de condición y que hoy en día a sus 23 años de edad, es estudiante de derecho y se graduará en el mes de febrero y que no obstante no va a dejar de seguir luchando aunque a veces se sienta de torrado por las metas que tiene en mente.
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