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En La Carlota se vive en italiano

Una de las zonas más representativas de la italianidad Por eso, el embajador de Italia en Venezuela, Silvio Mignano, escogió una original manera de cerrar la XVII Semana de la Lengua Italiana

  • Diario El Universal

18/11/2018 09:32 am

Maritza Jiménez
Junto a la avenida Victoria, La Carlota, en el municipio Sucre, ha sido siempre considerada una de las zonas más representativas de la italianidad en Caracas. 

 Por eso, el entusiasta embajador de Italia en Venezuela, Silvio Mignano, escogió una original manera de cerrar la XVII Semana de la Lengua Italiana en Venezuela, con un recorrido por esa típica urbanización donde los italianos se impusieron a la población europea que en ella habita. 


 Guiados por dos calificados arquitectos, Nicolas Sidorkovs y Gregory Vertullo, numerosos citadinos conocieran así más de cerca la historia y arquitectura de esta popular zona de la ciudad. 

 "La sonoridad de la lengua es parte del legado que los italianos han dejado en este país, como un sonido que los venezolanos han aprendido a escuchar desde hace muchos años. Pero no es solo la lengua, sino también algo vivo en la cotidianidad venezolana. Eso era lo que queríamos mostrar con esta ruta por La Carlota", declaró el diplomático. 

 La presencia italiana en Venezuela se remonta a la llegada misma de Colón por Macuro, donde desembarcó con Américo Vespucio y Giacomo Castiglione. Y son incontables los apellidos itálicos que han dejado su legado en nuestra historia. Pero es a mediados del siglo XX, cuando Venezuela se convierte en uno de los países con mayor presencia italiana en el continente.


 Durante el recorrido, Sidorkovs se refirió al crecimiento exponencial que experimenta Caracas a mediados de ese siglo, cuando la explotación petrolera estimula una movilidad de bienes y personas sin precedentes en el país, ayudados por los 8.000 kilómetros de carretera que levantó el gomecismo. Luego, los planes de desarrollo de Marcos Pérez Jiménez, entre los años 40 y 50, privilegian la mano de obra europea para llevar a cabo el proceso de transformación urbana de Caracas, que inicialmente se proyectaría hacia el sur, aunque el este terminó imponiéndose. Nacido en Letonia en 1944, Nicolás Sidorkovs llega a Venezuela cuatro años más tarde. Poco después se instala con su familia en La Carlota, cuando la avenida Miranda todavía era la "carretera del este". "Por los años 30 -recordó el arquitecto- Caracas terminaba en el parque Los Caobos". 

Entrada la década de los 40, con la explotación del petróleo, "el anhelo de vivir como se vivía en Estados Unidos hace que la gente mire hacia el este, abandonando los viejos caseroes del centro de la ciudad". La expansión de la ciudad de Caracas se fundamenta en la transformación de las haciendas agrícolas: Blandín, Ibarra, La Carlota, San Felipe, El Volcán, Los Ruices, en urbanizaciones como el Country Club, Bello Monte, La Castellana, El Rosal y Los Ruices. Inicialmente, este desarrollo fue en la parte "más opulenta", afirma Sidorkovs. 


Posteriormente, la clase media emergente hace lo propio en las urbanizaciones Santa Eduvigis, Campo Claro y La Carlota. Aunque los italianos que llegaron en esa década ejercieron los más disímiles oficios, como la agricultura, la cocina, la zapatería, la barbería y hasta la joyería, es en el sector de la construcción donde mayormente se siente su presencia en la ciudad. 

 En La Carlota, muchas han sido castigadas por el tiempo y las transformaciones, pero estas edificaciones a las que todavía no llegaba el ascensor, resguardan aun en sus fachadas, sus balcones y retiros, parte de la memoria arquitectónica y la evolución histórica de la ciudad que se nos va. 

 El teatro
* El teatro La Carlota fue inaugurado el 28 de agosto de 1956. "Fue el punto de encuentro espiritual de los que vivíamos en la zona", señala el arquitecto Nicolás Sidorkovs, recordando que solo proyectaban películas italianas.


* Por ese teatro, ubicado en el edificio Poggio Morello, una imponente construcción con su mármol veneciano, pasaban todos los artistas italianos que llegaban al país. 

* Mario Marchegiani, descendiente de italianos, nació en 1964, pero con el mismo orgullo de sus ancestros habla del pasado de esta urbanización. Dice haber visto a Renny Ottolina, por cierto, también de origen italilano, asistir a las inauguraciones en su maserati plateado. 

*Pero lo que sí recuerdan todos es la presencia de una de las estrellas del momento, Virna Lisi, una de las actrices más apreciadas del cine italiano desde 1955, cuya belleza fue equiparada con la de la misma Marylin Monroe. 
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