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Parques infantiles: un tesoro urbano que merece atención

Comunidad / Espacios para los niños sufren también de la acción descuidada de los ciudadanos. Nuevos diseños cuentan con materiales más delicados que se deterioran con rapidez

  • Diario El Universal

10/08/2025 06:32 am

EL UNIVERSAL
Los parques infantiles que salpican el eje cultural y cívico de Caracas, desde el Parque Los Caobos hasta la Avenida Bolívar y los espacios de Parque Central, representan mucho más que simples áreas de juego. Son puntos de encuentro comunitario, escenarios para el desarrollo psicomotor y social de los niños, y un respiro de esparcimiento gratuito en medio de la dinámica urbana.

Sin embargo, este valioso mobiliario urbano enfrenta un deterioro acelerado que amenaza con silenciar las risas infantiles, exigiendo una acción de revisión y rescate inmediata, según apuntan los vecinos de estas zonas, quienes son activos observadores de estos espacios.

La actual generación de parques infantiles, con sus diseños innovadores y materiales orgánicos, marcó hace años un salto ante las antiguas estructuras de metal. A diferencia de los columpios y toboganes de antaño, los nuevos modelos proponen una experiencia más interactiva y desafiante.

Con estructuras de madera, redes de cuerdas y puentes colgantes, invitan a los niños a explorar, trepar y poner a prueba su equilibrio, fomentando habilidades cruciales de una manera lúdica y segura.

No obstante, esta modernización trajo consigo una vulnerabilidad inherente. La madera y las cuerdas, aunque estéticamente más agradables y versátiles, son materiales mucho más susceptibles al clima tropical de Caracas.

La exposición constante al sol inclemente y a las lluvias torrenciales acelera su desgaste, provocando que la madera se fracture, las cuerdas se deshilachen y los anclajes se debiliten en un lapso de tiempo considerablemente menor que el de sus predecesores metálicos.

El desgaste prematuro
A los factores climáticos se suma el impacto humano, un agente de deterioro tanto o más agresivo. La alta exposición pública de estos parques los convierte en blanco fácil del vandalismo y del uso indebido. No es raro observar a adolescentes o adultos utilizando juegos diseñados para el peso y la estatura de niños de hasta 12 años, acelerando fracturas y desajustes.

“Esta falta de conciencia cívica contribuye directamente a que las instalaciones se vuelvan inseguras y pierdan su funcionalidad”, explican, agregando que hay muchos indigentes que optan también por arrancarles partes.

Esta realidad es una fuente de constante frustración para los padres que valoran y necesitan estos espacios. Victorino Roa, padre y vecino de la zona, lo resume con claridad: "Mis hijos disfrutan enormemente de estas opciones, son su principal entretenimiento al aire libre. Pero resulta desesperante ver que cada semana que venimos le faltan piezas nuevas o algo ya está roto. Uno se pregunta si vale la pena el esfuerzo de traerlos a un lugar que se degrada tan rápido".

No tienen precio
A pesar de los problemas, el valor de estos parques como focos de entretenimiento urbano es innegable. Para cientos de familias, son la principal alternativa de ocio físico, más allá de la televisión o mucho peor, el celular que, aseguran, consume mucho tiempo de los pequeños.

Voces de la comunidad y llamado al rescate
La situación de los parques infantiles en este corredor caraqueño es multifactorial. La solución no pasa por dejar de instalarlos, sino por implementar un plan de mantenimiento preventivo y correctivo que sea sistemático y eficiente.

Se requiere una revisión periódica que no solo repare los daños visibles, sino que anticipe el desgaste de los materiales, junto con campañas de concienciación ciudadana que promuevan el cuidado de estos bienes públicos. Rescatar estos parques es invertir en la calidad de vida urbana, en el derecho al juego y en el futuro de la infancia caraqueña.

Así lo confirma Fanny Granados, madre de dos pequeños de 7 y 9 años, al destacar que "nosotros vivimos en un apartamento y no tenemos jardín. Los fines de semana, nuestra rutina es caminar por el circuito que va desde Bellas Artes e incluso hasta La Candelaria, y los parques son una parada obligatoria. Es aquí donde mis hijos socializan, corren y se sienten libres. Son fundamentales para su bienestar y sueltan de a ratos las pantallas que tanto les consume tiempo".

Más allá de los materiales, el enfoque ha cambiado de elementos de juego aislados a la creación de "paisajes de juego" integrales.


"Mis hijos disfrutan enormemente de estas opciones, son su principal entretenimiento al aire libre. Pero resulta desesperante ver que cada semana que venimos le faltan piezas o algo ya está roto”

VÍCTOR ROA MARTÍNEZ
Padre y vecino de Bellas Artes


12 niños o más pueden sumarse a una instalación de pocos metros cuadrados, mejorando su interacción y ampliando su ejercicio físico.




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