Una experiencia académica de conocimiento y sabores
Desarrollo / Diferentes generaciones de creadores culinarios se dieron cita en la Unimet. Caracas fue sede del Congreso Gastronómico: Conexiones, sabores, cultura e identidad
Pedro Rojas
EL UNIVERSAL
Muchos lo calificaron como un encuentro para reflexionar sobre la gastronomía venezolana, otros como el epicentro del debate cultural y culinario. Eso y más fue el Congreso Gastronómico: Conexiones, sabores, cultura e identidad, celebrado hace unos días en la Universidad Metropolitana (Unimet) en Caracas, Venezuela, espacio que se consolidó como centro para la reflexión y el debate en torno a la gastronomía venezolana, desde sus orígenes, su era contemporánea y lo que se vive ahora y abre las puertas al futuro.
Con una entrada libre, con registro previo, el evento atrajo a un público diverso, desde estudiantes y profesionales del sector hasta entusiastas de la cocina, todos unidos por el interés en el valor cultural y social de los sabores, además de saber en qué andamos en esta ciudad en materia de cultura gastronómica.
La iniciativa no solo buscaba explorar las raíces de la cocina venezolana, sino también su evolución y su papel en la construcción de la identidad nacional, promoviendo una visión crítica y abierta a la diversidad que la caracteriza.
Manifestación profunda
El congreso se propuso abordar la gastronomía no solo como una práctica culinaria, sino como una manifestación profunda de la cultura y lo logró. A lo largo de las jornadas, se hizo hincapié en cómo la comida y sus tradiciones se entrelazan con la historia, la memoria colectiva y los procesos de cambio social.
Los organizadores enfatizaron la importancia de valorar cada plato, cada ingrediente y cada receta, al igual que cada experto, seleccionado como parte de un gran banquete de conocimientos.
Así, la Unimet llenó sus espacios de un patrimonio intangible que define al país en cada una de sus creaciones y sus creadores, dando espacio a una discusión enriquecedora sobre cómo la gastronomía puede ser un motor de desarrollo cultural y económico, y cómo su preservación y difusión son esenciales para el futuro del país.
Homenaje y legado
Uno de los puntos más significativos del congreso fue rendirle homenaje al legado de Armando Scannone, una figura insigne de la cocina venezolana. La Cátedra Armando Scannone, instalada en el evento, permitió reconocer de nuevo sus libros, permitiendo a los asistentes sumergirse en la vasta obra de quien muchos consideran el cronista mayor de la gastronomía nacional.
Cada una de las palabras de los participantes resonó con admiración y respeto por Scannone, reconociendo su invaluable contribución a la documentación y preservación de las recetas tradicionales venezolanas. Su visión de la cocina como un arte y una ciencia, ligada intrínsecamente a la identidad, fue un hilo conductor a lo largo de las ponencias y conversatorios.
La iniciativa, que subrayó la labor de creadores y emprendedores, sirvió para anécdotas y detalles de la vida creadora en un terreno tan competitivo como la gastronomía. Milagros Briceño, decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Metropolitana, explicó que “este congreso facilitó el intercambio de conocimientos y experiencias”.
Perspectivas en un debate muy dinámico
El congreso contó con la participación de un panel de ponentes de lujo, que aportaron diversas perspectivas y conocimientos. Desde historiadores y sociólogos hasta chefs y emprendedores, cada voz contribuyó a enriquecer el debate.
Luis Savignano, de Savignano Café, destacó el avance de la industria y cómo se ha adentrado en temas tan complejos como elementales en el mundo del café. “La tan mencionada calibración no es más que alcanzar el equilibrio ideal en el espresso, que es la base de todas nuestras bebidas. Este balance se logra ajustando la molienda y el tiempo de extracción del café en uso”, destacó.
Por su parte, Daniel Torrealba, conocido chef e investigador, enfatizó la importancia de la investigación y la innovación en la cocina contemporánea. Sus comentarios generaron un diálogo sobre el equilibrio entre la preservación de las raíces y la apertura a nuevas tendencias. La diversidad de opiniones enriqueció el congreso, fomentando un pensamiento crítico y constructivo.
Más allá de las ponencias, el II Congreso Gastronómico ofreció un vibrante espacio de interacción y experiencias. Los pasillos de la Unimet se llenaron de aromas y sabores gracias a los diversos stands de expositores.
EL UNIVERSAL
Muchos lo calificaron como un encuentro para reflexionar sobre la gastronomía venezolana, otros como el epicentro del debate cultural y culinario. Eso y más fue el Congreso Gastronómico: Conexiones, sabores, cultura e identidad, celebrado hace unos días en la Universidad Metropolitana (Unimet) en Caracas, Venezuela, espacio que se consolidó como centro para la reflexión y el debate en torno a la gastronomía venezolana, desde sus orígenes, su era contemporánea y lo que se vive ahora y abre las puertas al futuro.
Con una entrada libre, con registro previo, el evento atrajo a un público diverso, desde estudiantes y profesionales del sector hasta entusiastas de la cocina, todos unidos por el interés en el valor cultural y social de los sabores, además de saber en qué andamos en esta ciudad en materia de cultura gastronómica.
La iniciativa no solo buscaba explorar las raíces de la cocina venezolana, sino también su evolución y su papel en la construcción de la identidad nacional, promoviendo una visión crítica y abierta a la diversidad que la caracteriza.
Manifestación profunda
El congreso se propuso abordar la gastronomía no solo como una práctica culinaria, sino como una manifestación profunda de la cultura y lo logró. A lo largo de las jornadas, se hizo hincapié en cómo la comida y sus tradiciones se entrelazan con la historia, la memoria colectiva y los procesos de cambio social.
Los organizadores enfatizaron la importancia de valorar cada plato, cada ingrediente y cada receta, al igual que cada experto, seleccionado como parte de un gran banquete de conocimientos.
Así, la Unimet llenó sus espacios de un patrimonio intangible que define al país en cada una de sus creaciones y sus creadores, dando espacio a una discusión enriquecedora sobre cómo la gastronomía puede ser un motor de desarrollo cultural y económico, y cómo su preservación y difusión son esenciales para el futuro del país.
Homenaje y legado
Uno de los puntos más significativos del congreso fue rendirle homenaje al legado de Armando Scannone, una figura insigne de la cocina venezolana. La Cátedra Armando Scannone, instalada en el evento, permitió reconocer de nuevo sus libros, permitiendo a los asistentes sumergirse en la vasta obra de quien muchos consideran el cronista mayor de la gastronomía nacional.
Cada una de las palabras de los participantes resonó con admiración y respeto por Scannone, reconociendo su invaluable contribución a la documentación y preservación de las recetas tradicionales venezolanas. Su visión de la cocina como un arte y una ciencia, ligada intrínsecamente a la identidad, fue un hilo conductor a lo largo de las ponencias y conversatorios.
La iniciativa, que subrayó la labor de creadores y emprendedores, sirvió para anécdotas y detalles de la vida creadora en un terreno tan competitivo como la gastronomía. Milagros Briceño, decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Metropolitana, explicó que “este congreso facilitó el intercambio de conocimientos y experiencias”.
Perspectivas en un debate muy dinámico
El congreso contó con la participación de un panel de ponentes de lujo, que aportaron diversas perspectivas y conocimientos. Desde historiadores y sociólogos hasta chefs y emprendedores, cada voz contribuyó a enriquecer el debate.
Luis Savignano, de Savignano Café, destacó el avance de la industria y cómo se ha adentrado en temas tan complejos como elementales en el mundo del café. “La tan mencionada calibración no es más que alcanzar el equilibrio ideal en el espresso, que es la base de todas nuestras bebidas. Este balance se logra ajustando la molienda y el tiempo de extracción del café en uso”, destacó.
Por su parte, Daniel Torrealba, conocido chef e investigador, enfatizó la importancia de la investigación y la innovación en la cocina contemporánea. Sus comentarios generaron un diálogo sobre el equilibrio entre la preservación de las raíces y la apertura a nuevas tendencias. La diversidad de opiniones enriqueció el congreso, fomentando un pensamiento crítico y constructivo.
Más allá de las ponencias, el II Congreso Gastronómico ofreció un vibrante espacio de interacción y experiencias. Los pasillos de la Unimet se llenaron de aromas y sabores gracias a los diversos stands de expositores.
"Se logró un intercambio de conocimientos y experiencias, además de difundir y valorar nuestro patrimonio gastronómico al resaltar sus vínculos con la historia, la sociedad y la cultura”
MILAGROS BRICEÑO
Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Metropolitana
MILAGROS BRICEÑO
Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Metropolitana
4 temas esenciales estuvieron en las ponencias sobre la gastronomía venezolana: Conexiones, sabores, cultura e identidad.
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