La Guaira.- Con espina bífida nació Armando Jesús Tapia Echarry, quien a sus 33 años sigue luchando día a día para sacar adelante su licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Católica Santa Rosa (Ucsar), donde cursa el décimo período.
"No solo tengo el privilegio de estudiar en tan prestigiosa universidad, sino que además fui merecedor de una beca por mi discapacidad.
Tengo dos años y dos meses trabajando en la Ucsar y me ha ido de maravilla".
Explica que la malformación que tiene a nivel de la columna es congénita. "De cada 10 mujeres embarazadas, una presenta ese problema que surge porque durante el embarazo no se cuidan, no toman vitaminas". Durante su etapa de escolarización fue víctima de bullying.
"Fue en primaria y me ocurrió no solo en los colegios especiales, sino también en los públicos. Siempre me pasó, pero conté con la asesoría de psicólogos que a su vez iban a los planteles donde estudiaba para sensibilizar a mis compañeros sobre mi discapacidad. Le pedían que me ayudaran y me apoyaran".
Al ser consultado sobre cómo superó esas bromas, Tapia refiere que su primer refugio fue Dios y el Espíritu Santo y también asegura que salió adelante porque desde pequeño ha sido muy maduro.
"Esto lo comprendí como parte de mi crecimiento y a sentirme más capacitado para seguir adelante. Mi meta es graduarme y seguir dando lo mejor de mí y ser un ejemplo para otros".
Manifiesta que sus padres han sido un pilar fundamental de su vida. "Le debo lo que soy a ellos".Instan a quienes tenga un padecimiento similar a seguir adelante.
"Nunca es tarde para seguir estudiando y luchar por su vida. Esto que nos pasa nos invita a ser optimistas y a no dejarnos afectar por esas malas acciones", afirmó.
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