AMY TORRES
La Guaira.- "Marcar la pauta en la sociedad, de eso se trata ser diferente", así lo considera el estudiante universitario y deportista Edioverth Araque García, de 24 años, quien desde muy chiquito ha compartido su vida entre Vargas y Caracas, dado que sus padres vivían en el Litoral pero trabajaban en la capital.
Explica "cuando nací me diagnosticaron una enfermedad hereditaria que causa tumores benignos en el cuerpo. A mí me aparecieron desde pequeño hasta que me desarrollé. En total me practicaron nueve operaciones siendo la última cuando tenía 14 años".
Araque, quien después de cursar seis semestres de Administración en la Universidad Central de Venezuela decidió cambiarse a la Escuela de Derecho, donde estudia el primer año de la carrera, dice que las intervenciones se las hacían cuando los tumores molestaban, es decir, cuando dolían y se hacían muy visibles.
Cuenta que una de las recomendaciones que le dio su médico fue practicar deportes, por eso desde pequeño mientras estudiaba en El Paraíso, en Caracas, estuvo haciendo fútbol al punto que perteneció a las filas del Caracas Fútbol Club, donde jugó como defensor por un año.
Sin embargo, a los 14 años empieza a hacer su vida académica en Vargas, lo que hace que le pierda el rastro al fútbol. En el Litoral empezó su fascinación por la natación, que incluso le ayudaba muchísimo a mejorar la condición de su mano derecha.
Edioverth refiere que de niño siempre fue visto como el diferente del salón y que en algunos momentos se sentía rechazado. "Era incómodo. Por tener la mano diferente todos me miraban, pero cuando se es niño uno a veces es malo sin saberlo, pero luego se va madurando". Tenemos que centrarnos en hacer lo que nos gusta y aceptar comentarios malsanos. Hay que cumplir nuestras metas y sueños, tener un plan de vida".
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