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De la perrera al tranvía

Las ciudades, lugares de flujos y relaciones, se mantienen con vida y se hacen atractivas a partir de todas aquellas actividades y conexiones que generan sus dinámicas particulares

  • Diario El Universal

14/07/2018 01:26 pm

Así como el cuerpo humano posee un sistema de circulación compuesto de venas y arterias que se encargan de movilizar la sangre por todo el cuerpo, los centros urbanos también tienen sistemas de circulación para poder mantenerse con vida a través del bombeo del flujo de personas, bienes y servicios. 

La movilidad está ligada entonces a la vitalidad; es en los rieles de sistemas ferroviarios, calles y carreteras, vías exclusivas para el transporte público, vagones de metros, canales, ciclovías y caminerías por donde se mueve la sociedad, economía y cultura de un país. Con el pasar de los años, y atendiendo a las nuevas tecnologías, los sistemas dedicados a la movilización de personas y bienes han evolucionado, buscando ser más efectivos en la mejora de la calidad de vida de los habitantes y siendo cada día más respetuosos con el ambiente; es decir, deben responder a la implementación de una política de gobierno en cualquiera de sus escalas. Contrario a esta afirmación está Venezuela, donde su sistema de circulación atenta directamente contra la vida del país. Desde las carreteras nacionales hasta los callejones vecinales se evidencia su grave deterioro; el parque automotor privado chatarrizado en más del 50% y el de transporte público paralizado técnicamente en un 90%, el Metro de Caracas colapsado, pero peor aún y de más allá de lo indignante es el remedio a la crisis de transporte en casi todas las ciudades del país; el uso de “perreras”, las cuales llevan en su récord más de 30 fallecidos y unos 250 heridos. La desolación y poco tráfico en las diferentes redes han venido matando silenciosamente la economía del país; movilizarse es un lujo y básicamente se hace por necesidad, no da para más. 

En paralelo al colapso general del sistema comienzan a implementarse nuevas alternativas para la movilización del ciudadano, de estas podemos rescatar el incremento del uso de la bicicleta y de los recorridos peatonales; estos, sin embargo, no van a solucionar la problemática (que es estructural) ni tampoco nos harán conformarnos como ciudadanos, pero nos puede acercar a nuevos modos de ver ese sistema de circulación que será obligatorio para la regeneración del país. Holanda, un país de superficie no muy extensa pero densamente poblado se articula con un eficiente sistema de movilidad y transporte. Trenes, tranvías, autobuses, vehículos, metro, bicicletas, así como transbordadores y botes que aprovechan su relación con el agua. Su capital Amsterdam tiene como principal medio de transporte la bicicleta, su zona central se hace fácil de recorrer caminado, sin embargo, cuenta con tranvías, buses y metro para su conexión con las periferias y nuevas extensiones de la ciudad; los diversos canales y espacios fluviales más allá de servir como vías de circulación e irrigación han dado paso a nuevos modos de economía; autobuses acuáticos, barcos-restaurantes, viviendas flotantes y todo tipo de botes y embarcaciones albergando novedosas actividades. Tenemos la posibilidad de replantear el aparato circulatorio del país, mejorarlo, innovar a partir de nuestras particularidades; debe hacerse con amplitud, seriedad y capacidad. 

Esta y otras oportunidades se nos presentan, desde ya podemos reflexionar. 
Johana Araque Cancar  
 Coordinación Diseño Urbano Universidad Metropolitana mdu@unimet.edu.ve 

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