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Venezolanos se unieron en torno a la nueva beata Madre Carmen

Más de 10 mil personas, entre feligreses, sacerdotes, religiosas y obispos corearon la proclama: sí hay santos en mi tierra, el canto oficial de la beatificación

  • DELIA MENESES

16/06/2018 05:18 pm

Nunca llamó la atención. La caracterizó la sencillez en todo. "A ella no le gustaban los reconocimientos", dice María Eugenia Noreña, la superiora de las Siervas de Jesús, pero Dios se encargó de exaltarla. Más de 10 mil personas se congregaron ayer para venerarla en el estadio de beisbol de la UCV. 

El campo de pelota se convirtió en una catedral para acoger el acto de beatificación de la Madre Carmen Rendiles, la tercera beata venezolana y la primera caraqueña, cuya santidad se formó en el silencio de la oración y el sacrificio. 

Hubo espacio para todos. Desde Los Teques llegó un grupo de 3 mil personas, una de las delegaciones más numerosas. Cada parroquia caraqueña llevó su representación al Universitario, cada colegio inspirado en los ideales de la fundadora de la Congregación Siervas de Jesús se hizo presente.

Miles de feligreses que se apretujaron en el área techada del estadio, decenas de sacerdotes, religiosas, seminaristas y todo el Episcopado, reunidos en un solo sentir: la alegría de la santidad de la que hace seis meses era una desconocida para 95% de los venezolanos. 

Benito Prieto, quien en el año 2000 se atrevió a escribir las memorias biográficas de la Madre Carmen Rendiles lo reconoce. "Era conocida por muy pocos, pero obispos y sacerdotes apreciaban su labor callada y fructífera. No fue una mujer de masas, se hizo santa haciendo extraordinariamente lo que era ordinario para todos. Por eso nos da el ejemplo de que la santidad no es el lujo de unos pocos, sino el llamado de muchos", razona Prieto.

Desde hace seis meses, cuando el Vaticano aprobó su beatificación, la congregación Siervas de Jesús se dio a la tarea de darla a conocer en parroquias y colegios, de divulgar su extraordinario apostolado de conquista de vocaciones y de describir en detalle el milagro que logró su beatificación, "uno de proporciones muy pocas veces visto dentro de la Iglesia", asegura Prieto.



Trinette Durán, la médico cirujana que recibió la gracia del milagro que permitió a Carmen Rendiles Martínez convertirse en la tercera venezolana en alcanzar los altares, se dirigió conmovida a un estadio repleto de almas esperanzadas: "no hay milagro sin fe, la fe todo lo puede, no hay que perder la fe. Le pido a los venezolanos que nos tomemos de la mano y que sintamos la infinita misericordia de Dios".

El cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, enviado especial del papa Francisco, celebró el acto de beatificación junto al arzobispo de Caracas, Jorge Urosa, el nuncio apostólico en Venezuela, Aldo Giordano y 47 obispos. Fue una misa criolla venezolana animada con los ritmos propios del país, desde el joropo, pasando por el tamunangue y el valse. 

Un coro plural, integrado por voces de corales de instituciones públicas y privadas, dio el ejemplo anhelado y verbalizado en boca del sacerdote Armelín de Sousa: "Madre Carmen nos une y nos hace sentir hermanos". 

Tras la lectura de las Letras Apostólicas de la beatificación, la masa compacta de fieles dirigió sus ojos a lo alto donde una pantalla reflejó la imagen de la religiosa representada en la gloria. El documento religioso, firmado por el papa Francisco, indica que cada 9 de mayo se celebrará en honor a su memoria, por ser el día en el que fue glorificada en el cielo. 

Dos peticiones pronunciadas por Urosa provocaron ovaciones estruendosas: que los venezolanos superemos en paz nuestros problemas y la pronta beatificación del venerable José Gregorio Hernández. "Beatificación, beatificación", corearon los devotos católicos mientras se ponían de pie. 

"Falta el milagro, debemos orar al Señor por un milagro", fue la respuesta de Amato a la petición de elevar a los altares al médico. Además de éste, actualmente hay en estudio, en diversas etapas, 16 procesos de beatificación de insignes venezolanos, entre ellos el de Emilia de San José, los esposos Calvani, Amanda Ruiz, Sixto Sosa, entre otros. 



El representante del papa Francisco resaltó a Carmen Rendiles como modelo de humildad y obediencia, que vivió para ser útil a sus hermanos y descubrió el gusto de salvar almas. "Venezuela es una tierra bendecida que ha visto florecer la santidad de sus hijos. En 1995 con la beatificación de la Madre María de San José y en 2008 de la Madre Candelaria de San José. Ahora, Carmen Rendiles es testimonio de servicio humilde. Su vida estuvo llena de humillaciones, nació con un llamativo defecto físico (sin su brazo izquierdo) lo que le valió el rechazo de varias congregaciones religiosas de la época, pero logró transformar sus penas en dones espirituales". 

Fue enfermiza toda su vida, pero con una voluntad y espíritu firmes forjados en la oración y la meditación. Para Prieto, el haber nacido manca es lo que la convierte en santa. "Toda su vida estuvo signada por la disciplina y la búsqueda de la perfección que le exigía la presencia de un solo brazo". Para el sacerdote José Palmar, será la patrona de las personas con discapacidades físicas. Su congregación Siervas de Jesús ya trabaja en la búsqueda del milagro para su canonización.

Legado educativo

La beatificación de la Madre Carmen Rendiles reconoce el trabajo comprometido y silencioso de la congregación venezolana de las hermanas Siervas de Jesús, fundada por la religiosa en 1965. La labor espiritual y social de la congregación, que existe hace 52 años, se ha destacado por el apoyo otorgado a los sacerdotes en el apostolado, se han encargado de embellecer los altares y todo lo relacionado con la celebración eucarística para dar a conocer a Jesús en el Santísimo Sacramento. 

Además, han promovido los valores y principios cristianos en los niños, jóvenes y en la familia, con la fundación de colegios. La nueva beata Carmen Rendiles, cuyos restos reposan desde 1977 en la capilla Jesús Hostia del Colegio Belén en Los Palos Grandes, dejó un legado educativo. 

En 1950 fundó un plantel en San Cristóbal. Cinco años más tarde pone en funcionamiento el Colegio Belén de Caracas, en La Punta (estado Mérida) inaugura la escuela Nuestra Señora del Rosario y en Cabudare (Lara) funciona la U.E. Colegio Madre Carmen Rendiles. 

Legado de la religiosa es también el Grupo de Niños, Jóvenes y Adultos con discapacidad Madre Carmen, en la parroquia San Ignacio de Loyola, en Parque Central, de las pocas experiencias de atención pastoral para jóvenes con movilidad reducida, limitaciones físicas y mentales que se han consolidado en Caracas. A los beneficiados se les enseña un oficio para incorporarlos al mercado de trabajo, una obra que busca dar una oportunidad a quienes no la tienen. 

Inspirada en la beata, hace 11 años, surgió la Fundación Amisol, que atiende a personas con diversidad funcional. 


 
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