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Crimea, Dombass, Rusia y Occidente. ¿Tercera Guerra Mundial?

Lo delicado de este conflicto es su proyección a toda Europa y a todo el planeta, con el agravante de la posible utilización de las armas nucleares que por ahora las tienen Moscú, Washington, Pekín, Londres y París y fuera del control internacional...

  • JULIO CÉSAR PINEDA

17/03/2022 05:04 am

En esta guerra entre Rusia y Ucrania dos aspectos son fundamentales a considerar, el de la Península de Crimea y el de la región de Dombass fundamentales para el acceso al mar negro.

Crimea hasta el 2014 perteneciente al territorio ucraniano y anexadas por la fuerza por la Federación Rusa, profundizó un conflicto latente no solo en Ucrania sino en las diferentes repúblicas que fueron parte de la URSS como Georgia, Estonia y Moldavia. La Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas dejó de existir en diciembre de 1991. En el seno de URSS los rusos siempre detentaron el poder político, económico y militar de esas 15 repúblicas y por eso su interés en la creación de la comunidad de Estados Independientes (CEI) y su permanente expansión en esos territorios. Hasta el 2014 Crimea era una región de Ucrania, pero Moscú históricamente ha reclamado ese territorio porque lo ha considerado parte integrante durante la existencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Sovieticas como durante el Imperio Zarista. Hasta 1782, luego de la victoria rusa sobre los turcos había estado bajo el dominio del Imperio Otomano y fue conquistado por la Zarina Catalina II. Crimea fue el escenario de la guerra entre 1854 y 1856 que enfrentó a Rusia contra la Alianza de Francia, Gran Bretaña y el Imperio Otomano. Con la Revolución Bolchevique en 1917 Crimea se proclamó independiente del Imperio Ruso, fue controlado militar y políticamente por Moscú. En 1921 se convirtió en una república autonoma dentro de la URSS. Los alemanes la ocuparon desde 1941 hasta 1944. El gobierno de Stalin deportó a gran parte de la población de Crimea bajo la acusación de cooperar con los nazis. En 1954 el Jefe de Estado Nikkita Kruschev se lo donó a la República Socialista de Ucrania, la cual había sido creada por Lenin en 1921. En el imaginario ruso esta península de 27.000 km cuadrados debía estar bajo soberanía rusa, por su historia y por su posición geoestratégica en el Mar Negro.

Desde 1991 Crimea pasó a ser parte de Ucrania. En 1992 se transformó en una república, con su propia constitución. En 1995 la justicia ucraniana eliminó la constitución independiente y su presidencia y la declararon bajo el control de Ucrania. En el 2014 se produjo el levantamiento de la región de Dombass, con la creación de dos repúblicas apoyadas por Rusia. Hoy una de las exigencias del Presidente Putin es la aceptación de Ucrania de la soberanía rusa sobre este territorio y su no pertenencia a la OTAN y a la Unión Europea.

Desde la perspectiva de occidente el caso de Crimea solo puede entenderse por la confrontación entre dos nacionalismos el ruso y el ucraniano, como lo señalaba el periodista español Luis Bassets “allí aparece en toda su dimensión la contradicción irresoluble entre la integridad de las fronteras y el mantenimiento del status quo que internacional por una parte y por la otra el derecho de los pueblos a decidir su futuro, discutible formula postmoderna del clásico derecho de la nacionalidades a la libre audeterminación”. Esto genera situaciones de guerra como las que estamos viviendo y donde la comunidad internacional ha sido incapaz de encontrar la solución pacifica de las controversias y el respeto al Derecho Internacional y a la soberanía de las naciones con el Principio de no Intervención.

En relación al territorio ucraniano de Dombass al este de Ucrania, desde el año 2014 y ante la situación planteada en Crimea con la intervención rusa, la guerra ha estado presente, entre el nacionalismo ucraniano y las pretensiones rusas donde lo político concluyó en un conflicto armado de grupos independentistas con las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donesk y Lugansk. Todo comenzó con la intención del Gobierno de Ucrania de alejarse de Rusia y acercarse al espacio europeo y querer formar parte de la OTAN. En ese año las multitudinarias protestas derrocaron al gobierno ucraniano pro ruso de Viktor Yanukovich.

La situación actual donde el presidente Vladimir Zelenski ha solicitado su ingreso a la Unión Europea y también integrarse a la OTAN, ha sido inaceptable para el presidente Ruso Vladimir Putin y su declaración de guerra a Ucrania. En este caso la dimensión, más allá del nacionalismo ucraniano y ruso, ha sido el renacimiento de la bipolaridad con la confrontación entre los dos centros mundiales de poder, Rusia y Estados Unidos. Lo delicado de este conflicto es su proyección a toda Europa y a todo el planeta, con el agravante de la posible utilización de las armas nucleares que por ahora las tienen Moscú, Washington, Pekín, Londres y París y fuera del control internacional Israel, India, Pakistán y Corea del Norte.

El Gobierno Ucraniano bajo el principio de la integridad territorial acudió a las instancias internacionales donde encontró el necesario respaldo politíco. La intervención militar rusa el pasado 24 de febrero, sigue su curso y posiblemente tomen la capital ucraniana. Los miembros de la OTAN y la Unión Europea, como también la mayoría calificada de la ONU han condenado la injerencia rusa, pero todo ha quedado en el apoyo político, con la advertencia en el caso de Estados Unidos, y la OTAN de aplicar el articulo 5 de su Constitución donde se establece que el ataque contra uno o varios de sus miembros se considera un ataque contra todos. El ejército ruso y sus actividades bélicas se acercan peligrosamente a Polonia, lo cual enciende la mayor alarma para la Tercera Guerra Mundial.


Jcpineda01@gmail.com
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