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Innovar en crisis

La innovación no se trata únicamente de pensar en nuevos productos o servicios, sino de modificar, para mejor, las actividades de cada miembro de la organización

  • ECCIO LEÓN R.

09/03/2022 05:00 am

Uno de los genios más relevantes del siglo XX, Albert Einstein (1935), escribió: “La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y a países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quién supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar “superado”.

Tomo estas palabras del científico para iniciar este artículo, las cuales se encuentran más vigentes que nunca ya que ponen de relieve la grandeza del espíritu humano para superar las vicisitudes y tempestades que se le presentan, y que promueven el esfuerzo y la creatividad para superar las crisis. Las organizaciones que logran hacer innovación en tiempos de crisis podrán enfrentarse mucho mejor a escenarios volátiles o de incertidumbre e integrar los cambios necesarios para seguir siendo competitivos en el mercado.

Desde hace ya un tiempo, las empresas se enfrentan a tiempos bastante complejos e inciertos. Mientras algunas prefieren mantener sus operaciones o productos y servicios como siempre, otras prefieren llevar a cabo procesos de innovación con la finalidad de ser más exitosas en un contexto que presenta diversos desafíos. La innovación se puede dar en todos los niveles de la organización, ya que se trata de repensar en los procesos, el negocio, la forma en que se toman las decisiones y los productos o servicios. Desarrollar un nuevo mindset con el fin de generar ideas que rompan el molde y puedan ser materializadas para satisfacer a los clientes o usuarios.

Esto será posible teniendo una cultura disruptiva en tiempos de crisis o ante la incertidumbre. “Lo que busca la innovación es cambiar los patrones repetitivos que tenemos de hacer las cosas. Todos nosotros diariamente tenemos la oportunidad de innovar, todos los días se nos presentan esas oportunidades en nuestras propias áreas de trabajo”, confirma Linares.

De esta manera, las organizaciones deben impulsar a sus colaboradores a cuestionarse la forma en que se hacen las cosas. La innovación no se trata únicamente de pensar en nuevos productos o servicios, sino de modificar, para mejor, las actividades de cada miembro de la organización o los procesos que realiza cada área. Para lograrlo, es necesario que se transforme la cultura de las organizaciones y hacer de la innovación algo que se integre a la forma de pensar de las personas y de sus rutinas. Y esto debe aplicarse de manera holística, involucrando a todas las áreas, pues son interdependientes. Es común que durante los procesos de innovación se genere más de una idea. Por ello, es importante que los líderes se enfoquen en aquellos proyectos que son realmente importantes para el negocio. Es importante entender el entorno y no pensar que dentro de la organización están todas las respuestas y soluciones. Es posible que otras empresas, ensayos o investigaciones puedan servir de inspiración para elaborar ideas que, tras ser afinadas, puedan implementarse. No todas las ideas que se planteen van a ser exitosas. Puede ser que en el camino muchas no funcionen o no den buenos resultados. Cuando se trata de innovación en época de crisis esto puede ser un gran reto para las organizaciones, pues implica la inversión de recursos. Sin embargo, se debe rescatar que los fracasos no significan derrotas, sino aprendizajes que pueden ser útiles para la siguiente innovación. En la naturaleza de las innovaciones está implícito el vértigo de emprender grandes cambios para poder dar grandes saltos.

El mejor camino para que una nación se proyecte mejor en el futuro es que definitivamente, asuma que sólo innovando podrá alcanzar a los países más prósperos”. Deberíamos también eliminar barreras burocráticas a la hora de crear empresas y no ahogar al pequeño empresario con una tributación excesiva, cuando el 99,88% del total son Pymes y dan empleo al 60% de los trabajadores. Las empresas que tienen en su ADN la gestión de la innovación se caracterizan por mantener un clima laboral en donde los directivos muestran un alto nivel de confianza en su equipo y en las decisiones que pueden tomar (empoderamiento).

En fin, los directivos suelen estar dispuestos a correr riesgos y a veces a pensar lo impensable, esto significa que tienen un nivel superior de adaptación al cambio y son muy resilientes, con la facultad que logran transmitir eso a su equipo, de tal manera que no solo aparece como discurso, sino que crean un ambiente que permea a sus colaboradores de este espíritu.

@el54r
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