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100 cisternas para salvar al Jardín Botánico

La Laguna Venezuela necesita agua para proteger su colección de plantas acuáticas, la más grande que hay en el mundo

  • Diario El Universal

10/06/2018 09:00 am

JULIO MATERANO

Caracas sin agua es más que una ciudad de viviendas en caos. Hoy el colapso es aún más profuso y desemboca en el terreno académico. La escasez que, desde hace 77 días, mantiene de puertas cerradas los quirófanos del Hospital Universitario de la UCV, también envuelve al Jardín Botánico, una institución vecina que se niega a perder la mayor colección de plantas acuáticas del país por fuerza del racionamiento que ha recrudecido en 2018. 

El desabastecimiento amenaza con extinguir un ecosistema que reposa en la Laguna Venezuela del Botánico. El reservorio, que es un esbozo del mapa del país y alberga 120 especies y variedades de Nymphaea, está en emergencia. Con 1,10 metros de profundidad, 980 metros cuadrados y una capacidad para represar un millón de litros de agua, exhibe la huella inaplazable de la sequía. 

El especialista en plantas acuáticas y docente universitario, Miguel Castillo, enfatiza que no existe una especie en el mundo que no esté representada en ese lugar. Castillo, quien es licenciado en Biología y ejerce como curador de las plantas acuáticas del jardín de la UCV, explica que el problema se agrava con la evapotranspiración, un fenómeno natural que reduce el cuerpo de agua, por tratarse de un reservorio a cielo abierto. 

En lo que va de año, denuncia, solo han tenido agua en dos ocasiones. Primero en febrero y luego en abril, cuando recibieron el servicio por alrededor de dos horas, respectivamente. "A la laguna solo le quedan unos 40 centímetros de agua y los 98 contenedores de plantas están fuera de esa cota. Los viveros se secaron y se han perdido especies. La escasez también afecta a los reservorios de orquídeas y bromelias". 

Castillo aduce que se requieren por lo menos 450 mil litros para recuperar el ecosistema de la laguna; lo que es igual a decir 100 camiones cisternas de unos 5 mil litros. En torno a la relevancia de la colección de especies acuáticas, cuenta que las semillas de la también conocida como Flor de Loto, la planta estrella de la laguna, provienen de El Cairo, Egipto, y llegaron al país al término de la década del 60, cuando la Universidad de El Cairo las repartió a las principales universidades del mundo, entre ellas la UCV cuya Facultad de Ciencias se encargó de germinarlas en estas latitudes. 


En el lugar reposan ejemplares traídos de Egipto, Japón y de Asia

La Laguna Venezuela, que es parte del patrimonio excepcional de la Ciudad Universitaria, es además el hábitat de plantas traídas de Japón, China, África, Centro y Norteamérica. Para quienes se dedican a la conservación de las especies allí existentes, su mayor esplendor estriba en su carácter ecléctico. 

El cuerpo de agua resguarda la mayor diversidad de especies de Nymphaea, entre las que descuellan la Victoria Amazónica y los nelumbos del río Nilo, en Egipto. Aun cuando no se tiene una referencia clara, se cree que las semillas de La Flor de Loto, halladas en los museos de El Cairo tras un incendio, son una de las más antiguas del planeta. 

La Flor Sagrada de Egipto, como también se le conoce, fue enviada con un protocolo estricto para su germinación y preservación. En el Oriente, el loto sagrado es un símbolo de la pureza espiritual y la longevidad. Sus semillas pueden sobrevivir hasta 1.300 años, sus pétalos repelen la suciedad y sus flores generan calor para atraer a los polinizadores. 

Además de la Laguna Venezuela, la falla de servicio compromete otros tres cuerpos de agua. Aunque la escasez que seca al Botánico es un problema de hace 5 años, las dificultades se han multiplicado en los últimos tres meses. "Nunca habíamos estado tan grave", dice el curador. El personal explica que el líquido no llega y hay problemas con las bombas de los depósitos. 

En los terrenos del Botánico reposan dos tanques, uno de los cuales es de uso exclusivo del Clínico Universitario, mientras el otro abastece al Jardín Botánico. Pero ambos están secos. Y el tanque de compensación, que es un tercer reservorio para mantener la presión del agua cuando llega, falla desde hace una década. 

La Laguna Venezuela también es el refugio de peces Guppy y Petenia, que ayudan a controlar los zancudos, y de algunos camarones. En medio de toda esa atmósfera árida, parece cumplirse el mayor designio para un jardín que se queda sin agua: en tierra firme más de 60 chaguaramos, que forman parte de la mayor colección de palmas de Suramérica, se secaron y algunos han sido talados.


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