MARISOL DECARLI
No rendirse ante ningún obstáculo" es el lema de Jilmer Atencio, quien estudia Comunicación Social y ha recibido el apoyo absoluto de su madre y hermanos para salir adelante. "Tenemos que eliminar la frase 'yo no puedo' del vocabulario. Creo que los obstáculos se los pone uno", señala.
Nació con espina bífida, que es patología que forma parte de un grupo de fallas de nacimiento denominados "defectos del tubo neural". En su caso en particular le produjo defectos en la médula espinal y en los huesos de la columna vertebral. Eso le originó dificultad para movilizarse con los miembros inferiores.
Por ello, comenzó a emplear un aparato para caminar, pero sufrió de Escoliosis (columna vertebral torcida) y no pudo utilizarlo más.
Esto obligó a Jilmer Atencio a depender de una silla de ruedas para desplazarse.
Este caraqueño de 19 años es deportista desde su niñez. Practica esgrima, tenis y baloncesto en silla de ruedas. Entrena baloncesto en una cancha del centro de rehabiltación nacional en el Pérez Carreño y en el Parque del Este. La esgrima la practica en el IND sábados y domingos, y el tenis lo juega los sábados.
Forma parte de la selección nacional juvenil de Baloncesto, especialidad a la que se ha dedicado desde los 10 años. Compitió en los Juegos Parapanamericanos 2013 en Argentina y en los de Sao Paulo 2017, donde su equipo ganó medalla de bronce. Ahora tiene la mirada puesta en los Paralímpicos de Tokio 2020, de donde aspira traer presea.
Otras metas que aspira cristalizar son culminar su carrera, ejercerla con un empleo estable, tener hijos y formar su propia familia. "Y continuar mis logros deportivos".
"No podemos quedarnos en casa. Hay que luchar. Si no lo hacemos nos perdemos de conocer ese mundo que está allá afuera", acota. Reside con su mamá en el sector El Limón de Catia. Al lado viven sus hermanos.
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