Las zonas monetarias digitales en la integración regional
Dentro de la revolución digital las naciones siguen siendo espacio físico con márgenes territoriales sobre las que descansa la unidad nacional que concentra vidas humanas, actividades económicas y decisiones políticas
La revolución digital que se encuentra en curso, ha ocasionado el cambio radical de todos los modelos de interacción y relaciones que dinamizan a la sociedad y sus funcionamientos. Dentro de la economía ocurren amplias disociaciones en su contexto, instrumentos, variables y procesos fruto de la acelerada e imperceptible interoperatividad de las funciones de cada actor en la nueva realidad que progresivamente va desalentando toda una serie de funciones, competencias y asociaciones tradicionales. De todo, los esquemas tradicionales de agrupación física, territorial, cultural, política, comercial y económica, quedan rezagada a un destino que carece de orientaciones claras frente a una fuerza que domina cada escenario de la realidad de interacción y vinculación en la realidad del siglo XXI. La prevalencia de plataformas digitales para el comercio, las relaciones personales, el intercambio cultural, la disminución de la distancia física y la inmediatez de las transacciones de dinero frente al aprovechamiento de nuevas formas de educación, están marcando y retando dichas asociaciones donde la aparición de espacios digitales perturba su normal desenvolvimiento.
A nivel del mercado de dinero y la integración monetaria, históricamente, el análisis al respecto se enmarcó en calificar de buena forma a la típica agrupación esquematizada en el funcionamiento y posibilidad de aparición de zonas monetarias óptimas. Allí condiciones como fronteras físicas y acercamiento geográfico son esenciales para su constitución. Más la posibilidad de convertibilidad nominal al tipo de cambio de equilibrio macroeconómico regional. Tres condiciones de vasta importancia para la conformación de la zona monetaria y el equilibrio en las relaciones de comercio y las transferencias de fondos de capital. Un timbre-poste de otras condiciones como la anhelada estabilidad macroeconómica y la similitud cultural, que en, particular limitan ampliamente la realización plena de una zona monetaria en los acuerdos de integración regional.
Argumento ahora sospechoso cuando existe una nueva realidad que expone situaciones con reacciones rápidas y ágiles. Dentro de la revolución digital las naciones siguen siendo espacio físico con márgenes territoriales sobre las que descansa la unidad nacional que concentra vidas humanas, actividades económicas y decisiones políticas. Por tanto, en la integración regional de este tipo de actor, cada miembro es parte de unidad física que asume responsabilidades y compromisos como garantía de la disminución de disparidades. Sin embargo, en la realidad del siglo XXI mencionada unidad física queda atrás porque la agrupación y conformación de espacios integrados, no existen son imperceptibles, ahora solo existe una garantía de acercamiento mediante el rápido y acelerado acceso a datos, información digital que ocasiona la final trasmisión de fondos.
En particular de las zonas monetarias digitales como área de moneda digital, la competencia es especifica de una moneda usada en red, que puede ser fiduciaria o cripto. De ambas derivan interacciones económicas en redes digitales como unidad de cuenta o como gestión de otros instrumentos de pago. Ejemplo de ello, se encuentran en la nueva realidad de zonas monetarias digitales como Tencent con Ant Financial, en Safaricom y Orange, Alipay y WeChatPay. Finalmente, ahora más que nunca en los acuerdos de integración regional se debe reconocer a la nueva realidad de transmisión de fondos, el énfasis en la estabilidad de la unidad regional debe establecerse en la difusión, interoperabilidad e interoperatividad que desborda la realidad tradicional de la política, la sociedad y la economía.
@zerpasad
A nivel del mercado de dinero y la integración monetaria, históricamente, el análisis al respecto se enmarcó en calificar de buena forma a la típica agrupación esquematizada en el funcionamiento y posibilidad de aparición de zonas monetarias óptimas. Allí condiciones como fronteras físicas y acercamiento geográfico son esenciales para su constitución. Más la posibilidad de convertibilidad nominal al tipo de cambio de equilibrio macroeconómico regional. Tres condiciones de vasta importancia para la conformación de la zona monetaria y el equilibrio en las relaciones de comercio y las transferencias de fondos de capital. Un timbre-poste de otras condiciones como la anhelada estabilidad macroeconómica y la similitud cultural, que en, particular limitan ampliamente la realización plena de una zona monetaria en los acuerdos de integración regional.
Argumento ahora sospechoso cuando existe una nueva realidad que expone situaciones con reacciones rápidas y ágiles. Dentro de la revolución digital las naciones siguen siendo espacio físico con márgenes territoriales sobre las que descansa la unidad nacional que concentra vidas humanas, actividades económicas y decisiones políticas. Por tanto, en la integración regional de este tipo de actor, cada miembro es parte de unidad física que asume responsabilidades y compromisos como garantía de la disminución de disparidades. Sin embargo, en la realidad del siglo XXI mencionada unidad física queda atrás porque la agrupación y conformación de espacios integrados, no existen son imperceptibles, ahora solo existe una garantía de acercamiento mediante el rápido y acelerado acceso a datos, información digital que ocasiona la final trasmisión de fondos.
En particular de las zonas monetarias digitales como área de moneda digital, la competencia es especifica de una moneda usada en red, que puede ser fiduciaria o cripto. De ambas derivan interacciones económicas en redes digitales como unidad de cuenta o como gestión de otros instrumentos de pago. Ejemplo de ello, se encuentran en la nueva realidad de zonas monetarias digitales como Tencent con Ant Financial, en Safaricom y Orange, Alipay y WeChatPay. Finalmente, ahora más que nunca en los acuerdos de integración regional se debe reconocer a la nueva realidad de transmisión de fondos, el énfasis en la estabilidad de la unidad regional debe establecerse en la difusión, interoperabilidad e interoperatividad que desborda la realidad tradicional de la política, la sociedad y la economía.
@zerpasad
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones