El área del mar Negro, casi análogo al de nuestra entidad federal Miranda, (unos 470 mil km cuadrados), que los griegos jonios llamaran “Ponto Euxino”; presume un espacio algo pequeño y cerrado. Pero, es un mar interior que separa a Europa oriental de Asia occidental. Se une al mar al Mediterráneo por el mar de Mármara mediante unos dos estrechos turcos: Bósforo y de los Dardanelos, fuera de conectarse al mar de Azov, golfo de forma apendicular, por el estrecho de Kerch; geográficamente, Se halla acotado por los montes (Alpes) Pónticos al sur y el Cáucaso por el este. Y, hacia el noroeste (los Balcanes) muestra una plataforma harto amplia.

Por derecho internacional, unos seis países son ribereños, a saber: Turquía, Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Rusia y Georgia. Sinembargo, Moldavia y las repúblicas caucásicas de Armenia y Azerbaiyán están reconocidas, ampliamente, como actores participantes; Además de Grecia, se tienen en cuenta a Albania y Croacia por sus nexos con el área y fisiografía, junto con los estrechos del Bósforo y el de Estambul, única salida marítima al exterior de unos cuatro países: Bulgaria, Rumanía, Ucrania y Georgia. Rusia y Turquía (Anatolia) avían puertos comerciales rumbo al exterior por otros mares: Báltico y Egeo, respectivamente.

Convencionalmente, el mar Negro ha sido ruta del mercado, comercio y tránsito de hidrocarburos; es, además, una zona de disputas –de pertinencia geoestratégica- por donde entraron cristianismo e islam, o el pueblo eslavo y el turco. Asimismo, la región es núcleo de las culturas mundiales: Grecia, Roma o Bizancio, así como centro de avidez de los superimperios que han pugnado a todo lo largo de la historia de la humanidad por hacerlo un mar interno de sus dominios territoriales (terrofagia y expansionismo): el Piamonte, los persas, otomanos y el imperio zarista; estos dos últimos rivalizaron en la guerra de Crimea (1853-1856), última guerra antigua y primera de las modernas, a mediados del siglo XIX, con apoyo de otros imperios europeos, tales como: el inglés y el francés a favor de Turquía, por evitar que Rusia lograra una salida al Mediterráneo, salvo en el sur y los estrechos bajo control de Turquía (Bósforo y Dardanelos); la URSS, llegó a ejecer su dominio sobre el mar Negro, pese a la vigencia de una cierta tensión de bloques ante un conflicto entre los países del Pacto de Varsovia y OTAN.

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